Estamos migrando a una cultura de compromiso bajo en las organizaciones. Para mí, esto es normal, porque las nuevas generaciones ya no compran los discursos básicos de “te quedas aquí por el dinero”, que funcionaban mejor antes. La vida era más predecible; tal vez había que trabajar, reproducirse, endeudarse y morirse. Ahora, la cosa se complicó (menos mal). Y es que el compromiso en una empresa no es simplemente una actitud deseable, sino un pilar fundamental para el éxito sostenible.