Algo no encaja. Llevamos siglos perfeccionando un sistema educativo que premia la obediencia y penaliza la imaginación. Y luego nos sorprendemos de formar generaciones que tienen miedo de pensar diferente. Seguimos enseñando como si el mundo fuera un examen de opción múltiple, cuando en realidad es un lienzo en blanco esperando ser reinventado.Hoy formamos profesionales que saben seguir instrucciones al pie de la letra, pero no saben qué hacer cuando no hay instrucciones. Les damos manuales para el éxito en un mundo donde el éxito ya no se fabrica en serie.