La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca significó un severo desajuste en lo que han sido por años las políticas de inversión extranjera de Estados Unidos en proyectos de desarrollo en el Cono Sur. Entre ellos, la construcción de la línea II del metro de Bogotá, que cuenta con un crédito aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de más de 400 millones de dólares.