Hablar de salud femenina es reconocer su papel central en el bienestar, la equidad y la calidad de vida de las mujeres. Sin embargo, millones de mujeres en el mundo siguen enfrentando retos que condicionan su salud: estigmas en lo sexual y reproductivo, diagnósticos tardíos y acceso limitado a información oportuna, especialmente en países de bajos recursos (2) (3).