Después de 30 años, el Segundo Acueducto de Ibagué es una realidad. ¿Qué papel tuvo el sector privado en ese logro?Erika Palma: Fue un papel fundamental porque aunque a lo largo de tres décadas los gobiernos de turno pusieron recursos, llegó un momento donde la inversión del sector público llegó a su tope. Sin embargo, gracias al compromiso de la alcaldesa Johana Ximena Aranda y su gobierno ‘Ibagué Para Todos’, se pudo poner en funcionamiento el proyecto en todas sus fases debido al acercamiento con los privados a través del modelo de plusvalía.