En el montaje que el Teatro Petra presenta a partir del 10 de octubre, nueve actores conducen al público por un laberinto de historias que se cruzan sin aviso: dobles que se confunden, equívocos que estallan y coincidencias que cambian el destino de los personajes. La comedia llegará en temporada de estreno de miércoles a sábado .El meolloUn acto vandálico en una joyería, el naufragio de un barco en 1955 y sus sobrevivientes que se reencuentran treinta años después, unos gemelos separados al nacer confundidos con otros gemelos, unos esposos enredados en conflictos de pareja, un par de policías —uno veterano y otra aprendiz— y un montaje teatral contemporáneo y experimental que intenta llevar a escena un clásico de la dramaturgia se cruzan y conviven en Duplicado, compartiendo un mismo escenario.Entre risas, enredos y situaciones inesperadas, los personajes de la obra evocan lo clásico y lo cotidiano. Ana María Aguilera interpreta a la directora Laura Rubinstein, mientras que Juanita Cetina da vida a Neiva, la asistente de dirección y a la oficial de tránsito Ariadna. Juan Diego Marín encarna a Pedro Pineda un esposo engañado y a Galarza un actor egocéntrico, y Liliana Escobar interpreta a Vilma, la esposa de Pineda, y a Dulce, la novia de Galarza. Jorge Iván Rico y Javier Rivero representan a los gemelos, pero también son actores de teatro. Derly Neira asume el papel de Roxana, actriz y trabajadora sexual; Marcela Valencia el de la aprendiz Warzawa y Bernardo García da vida al intendente de policía Rostov.Shakespeare, Plauto... RubianoLa pieza se inscribe en la tradición de la comedia de enredos, inspirada en La comedia de las equivocaciones de Shakespeare y en Menecmos de Plauto cuyo tema central son los gemelos. Sin embargo, el montaje no es una adaptación literal, sino una obra que explora las coincidencias extremas, los duplicados y los equívocos como motor dramático. Así aparecen gemelos, dobles, amantes, actores con vidas paralelas y personajes que juegan constantemente entre su rol y su duplicación. En esta oportunidad Rubiano crea un entramado escénico que desborda lo narrativo y se erige como un ejercicio retórico de repetición, espejos y juegos de identidad.Complementando la narrativa, la puesta en escena se plantea como el único lugar donde lo imposible se vuelve posible. Por eso conviven en un mismo espacio autos a escala, disparos que nunca dan en el blanco, personajes que caen desde edificios y un barco que reaparece treinta años después de su naufragio, demostrando que el teatro no necesita imitar la realidad para ser verosímil, sino que crea sus propias reglas. La estética se apoya en una paleta de colores intensos que potencia la energía visual y resalta la vitalidad del montaje.Para Fabio Rubiano, lo central sigue siendo el homenaje al teatro: un espacio donde todo es posible y donde se mezclan múltiples historias sin perder claridad. Aunque el tono es de comedia, no se trata de un humor escapista ni de burla hacia poblaciones vulnerables, sino de una risa que parte de lo humano y de la vida misma. El resultado es una obra que, con varias líneas argumentales —todas imprescindibles entre sí—, rinde tributo al poder del teatro como lugar de encuentro entre realidad y ficción.
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