“Las FARC-EP siguen construyendo poder popular junto a las comunidades. En esta ocasión hacemos entrega de un polideportivo en el departamento de Nariño”, ese fue el mensaje que publicaron las disidencias de Iván Mordisco en su cuenta de X para celebrar la inauguración del nuevo espacio deportivo. Las FARC-EP sí que construyendo poder popular junto a las comunidades. En esta ocasión hacemos entrega de un polideportivo en el departamento de Nariño.https://t.co/pHtAVVK980 pic.twitter.com/quNQy8WMmF— F4RC-3P (@F4RC_3P) August 9, 2025La publicación de ese video se da justo un día después de que SEMANA revelara la delicada situación de seguridad que se vive en la frontera entre Colombia y Ecuador por cuenta del remonte de los grupos criminales que están controlando el negocio de la droga, el tráfico de armas y la extracción ilegal de oro. Una situación alentada, por el descuido del gobierno Petro y los recortes presupuestales a las fuerzas armadas que han hecho que se mermen las labores operativas y de control del crimen fronterizo. En el video que adjuntó el frente Franco Benavides, del bloque occidental, Jacobo Arenas, se escucha de fondo un vallenato que dice “Para todo el pueblo colombiano, este saludo cariñoso de los guerrilleros”, acompañado de imágenes de la entrega del polideportivo que está adornado con bombas tricolor y en el que se encuentran varios ciudadanos sentados presenciando el evento. El lugar, como se ve en la grabación, está custodiado por hombres vestidos con camuflados, cargando fusiles y caminando por las inmediaciones.“8 de agosto de 2025. Las FARC-EP seguimos construyendo poder popular desde los lugares más apartados de la patria. Estimados habitantes de la comunidad de la vereda Florida Media y demás comunidades que nos acompañan el día de hoy, reciban ustedes un caluroso y revolucionario saludo. Resaltamos su disposición a acompañar este acto”, dice uno de los hombres que aparece de espalda en el video. “Quisiera detenerme y recordarles que las FARC-EP no somos solo una organización armada, no somos lo que la propaganda del enemigo dice de nosotros. Estamos compuestos por hijos e hijas de estas comunidades que en un momento de nuestras vidas decidimos empuñar un arma con la idea de construir un país distinto y ahí nos dimos cuenta de que el poder no solo está en Bogotá, sino en las comunidades”, concluyó el hombre.La crisis en la frontera Cómo lo reveló SEMANA en su última edición, las Fuerzas Militares reconocieron, desde Quito y Bogotá, que sus soldados no tienen el mando en la región, y un equipo periodístico que se internó en el territorio durante varios días constató que los ejércitos fueron reemplazados por una poderosa mafia que les puso precio a los Estados. “Ellos han comprado todo lo que han querido. Tienen para pagar fiscales, jueces, uniformados y políticos. Se pasean allá y acá, pero no tenemos la capacidad de dominarlos”, detalló un alto oficial ecuatoriano, que le hace contrapeso al avance de los delincuentes al otro lado del lindero internacional.La plata les ha alcanzado para construir puentes y carreteras en la selva con el fin de mover la cocaína que se cosecha en las montañas de Nariño, Cauca, Caquetá y Putumayo, unas de las principales despensas de las sustancias ilícitas que inhalan miles de personas en América Latina, Estados Unidos, Europa y Asia.La XXIII Brigada del Ejército, encargada de sostener la soberanía en la jurisdicción de Nariño, sufrió una reducción presupuestal en 2025 cercana al 21 % (cuenta con apenas 77 millones de pesos), y la XXVII Brigada, que cumple la misma tarea en Putumayo, no recibió recursos en 2024 y este año le consignaron 46 millones de pesos, de acuerdo con datos del Ministerio de Defensa. SEMANA indagó con la institución para conocer las razones de este drástico recorte y no hubo respuesta.La Policía enfrenta el mismo panorama. Un alto oficial de la región reveló que, aunque hay un incremento en el número de uniformados y las diferentes especialidades hacen hasta lo imposible por cumplir con sus objetivos, el rezago operacional los deja en desventaja frente a los enemigos. “No tenemos las capacidades para ponerles control a los pasos ilegales. Hay pocos recursos en tecnología, investigación e inteligencia. Por ejemplo, a la hora de estudiar un caso, no encontramos cámaras de seguridad. A eso se suma la difícil tarea con la comunidad, que no denuncia ni da información por el temor infundido por los criminales”, aseguró.
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