El Gobierno de Gustavo Petro está moviéndose en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes para conseguir que sus 41 integrantes prioricen el trámite del proyecto sobre el estatuto para la paz total que radicó el propio ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, el pasado 20 de julio.Montealegre y el ministro del Interior, Amando Benedetti, citaron a los congresistas a un almuerzo el miércoles 30 de julio en el que les detallaron los pormenores sobre ese articulado, pero no lograron convencer, incluso, a congresistas de partidos tradicionales que los han apoyado en el pasado.La reunión duró alrededor de dos horas, se desarrolló en el salón Luis Carlos Galán del Congreso y en ella los legisladores vieron dos facetas: la del ministro Benedetti diciéndoles que la oposición quiere “caricaturizar la ley”, y la del ministro Montealegre, quien resultó con un perfil más técnico, detallando los pormenores jurídicos de la nueva jugada de paz que pretende hacer Petro.El presidente pasó de señalar en 2022 que solo se necesitaba la aprobación de su ley para la paz total a sorprender a los legisladores con la radicación de un estatuto para esa iniciativa del Gobierno casi tres años después de que había dado por saldado el debate sobre este asunto.Se trata del proyecto que establece un tratamiento penal diferenciado para el desmantelamiento y sometimiento de organizaciones al margen de la ley, y reglas para la consolidación de la paz total, el orden público y la seguridad ciudadana, la gran apuesta del Ministerio de Justicia para el año que le queda al Gobierno, sumada a la nueva reforma al sistema judicial.Hasta los congresistas de la oposición asistieron al almuerzo, pues temen que el texto termine siendo un proyecto de impunidad. Los ministros les dijeron que la base del proyecto es el sometimiento, pero a los legisladores no les convenció que se planteen nuevos beneficios para quienes en el pasado no se acogieron a la paz.También hubo reparos en congresistas de partidos como La U y el Liberal que en el pasado le han votado al petrismo. Ellos hicieron observaciones al proyecto que no fueron bien recibidas por el Gobierno. “La consigna de Benedetti, como en todo, fue imponer a las patadas el debate”, contó uno de los participantes de la reunión.Los representantes vieron con buenos ojos que al menos los ministros convocaran a una discusión previa para socializar el proyecto, pero sienten que la conversación se tornó tan política que el ministro del Interior hasta hizo apuntes contra el expresidente Juan Manuel Santos, cuestionando la oposición que ha dictado el exmandatario. Santos está convencido de que no se necesitan más leyes para conseguir la paz.El almuerzo fue más que un gesto de amistad. La elección del representante Gabriel Becerra, del Pacto Histórico, como presidente de esa célula legislativa demostró que el petrismo solo tiene asegurados 20 votos en el recinto y que, si Miguel Polo Polo deja de ausentarse de las decisiones clave, la balanza podría jugarles en contra con 21 escaños ocupados por representantes dispuestos a disentir. “Es un escenario que empieza a apretar los tiempos del Congreso porque los ministros dicen que de este articulado depende la paz. Ellos lo han presentado como un punto catastrófico, nos lanzaron un balón encendido a las canchas”, contó otro congresista.La duda de los legisladores es si el Gobierno permitirá que se surtan los cuatro debates reglamentarios o si convocará a las comisiones primeras en sesiones conjuntas para encender la aplanadora a fin de expedir esa ley para la paz total en cuestión de semanas. Por ahora no hay nada escrito sobre este tema y se augura un fuerte debate.
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