Ministra de Comercio, Diana Morales, explicó cómo será la zona binacional con Venezuela: “No se cede en ningún momento soberanía”

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El anuncio del Gobierno nacional de instaurar una zona binacional con Venezuela, sobre la que ya se firmó un memorando de entendimiento, ha generado varias dudas. La ministra de Comercio, Diana Morales, a cargo de ese proceso, habló con SEMANA sobre los acuerdos que se harán con ese país y destacó que este proceso le servirá a los comerciantes y pobladores de la zona fronteriza de ambos países.SEMANA: ¿Qué contempla la zona binacional con Venezuela?DIANA MORALES: La zona económica binacional es una apuesta por transformar las fronteras que, históricamente, han sido espacios periféricos en plataformas de desarrollo económico, de integración productiva y de construcción de paz territorial, entendida la paz territorial como una apuesta por ver en la justicia económica y en la integración productiva un ambiente propicio para la construcción de paz. Esta figura no es una excepción legal, no es un atajo institucional, es una herramienta legítima que hoy está sustentada en nuestro marco colombiano, que potencia nuestros instrumentos existentes con una visión de largo plazo. Este memorando de entendimiento no es un tratado internacional, es un instrumento de cooperación técnica, pero no es vinculante, es la posibilidad de armonizar nuestros marcos normativos tanto en Colombia como en Venezuela para generar dinámicas de desarrollo económico. En el marco del respeto por nuestra soberanía, por nuestro marco normativo, lo que queremos hacer es esta armonización. Desde Colombia tenemos un marco normativo que nos permite generar acciones de manera complementaria y articulada con nuestro país vecino. Por ejemplo, la ley de fronteras nos permite ver en las zonas de integración fronteriza como un instrumento de articulación binacional. Es una forma de generar instrumentos de cooperación y, de alguna manera, priorizar la integración territorial y económica desde la frontera. Está también el ‘Plan Vallejo’, que es una ley antiquísima, de la que hay un decreto actualizado recientemente, que nos habla de generar incentivos tributarios y aduaneros a la importación de insumos y bienes de capital que estén vinculados a exportaciones transformadas. Es la posibilidad de que en estas zonas se puedan generar procesos de transformación productiva en el marco de nuestra apuesta por la reindustrialización desde el territorio. Son procesos que se pueden aplicar allí en procesos de industria y agroexportación. Está el régimen franco, que también nos permite crear unas zonas francas especiales en estos territorios que tengan una vocación logística o productiva y, por supuesto, las zonas de frontera responden a ello. También están las zonas ZOMAC y PDET, que nos permite generar incentivos fiscales para inversiones en territorios que hoy son priorizados por la afectación del conflicto armado, y muchos de esos territorios hoy están en esta zona fronteriza. Y, por supuesto, nuestro plan de desarrollo es como un eje estructural que habla específicamente de la justicia económica, de la industrialización territorial y de la integración regional. Ese es el marco que nosotros queremos armonizar. Venezuela tiene otro marco que habla de zonas económicas binacionales y corresponde a un ejercicio de facilitación de la inversión y generación de procesos productivos con el ánimo de generar un intercambio comercial desde la complementariedad. Esa es la apuesta que tenemos nosotros. No se cede en ningún momento soberanía, es una cooperación binacional de mutuo acuerdo y no es transferida en ningún tipo de soberanía. Además, las decisiones normativas y territoriales están basadas en nuestro marco, nuestro andamiaje institucional y marco normativo. SEMANA: ¿Cómo se establecerán límites en esta zona?D.M.: Tradicionalmente, hoy existen unas dinámicas de intercambio comercial. Existen desde el abandono, desde la exclusión, desde la informalidad, incluso en dinámicas de contrabando. Pero es una dinámica que ha ocurrido por años. O sea, nosotros no nos estamos inventando nada nuevo. ¿Cuál es la visión allí? De alguna manera, formalizarla y potencializarla. Darle esa dignidad que requiere el habitante de estos territorios que, en el día a día, se rebuscan cómo sostener a sus familias basadas en comercio transfronterizo. Hoy, las reglas no permiten ni que los militares de Venezuela o sus fuerzas militares entren a Colombia ni las nuestras a Venezuela. Eso no va a pasar. Lo que sí va a pasar es que cada territorio busque una mayor presencia institucional, que demanda que muchas instituciones entren a estos territorios que han sido históricamente excluidos y entendidos desde una visión periférica. Habrá dinámicas de cooperación, de complementariedad, pero bajo la formalización. SEMANA: A algunos gobernadores les preocupa la presencia de grupos armados en esa zona, ¿cómo controlar que estas estructuras no se vayan a aprovechar de este memorando? D.M.: Al contrario, creo que es la forma de arrebatarle a la criminalidad el dominio de estos territorios. Yo soy araucana, una mujer de frontera, desde pequeña he tenido relación con estas dinámicas fronterizas, las he vivido con situaciones muy complicadas. Cuando la frontera estaba cerrada fue muy difícil porque yo tuve una situación de violencia y perdí a dos familiares en Venezuela y el cierre de frontera dificultó completamente todo el proceso para poder encontrar los restos de mi familia y poderlos traer a Colombia. Fue la forma más indignante de podernos despedir de ellos. En la medida en que nosotros no tengamos este tipo de relaciones de comunicación y de coordinación interinstitucional entre naciones, entre las instituciones ―precisamente por este discurso de estos organismos de la criminalidad, de los grupos insurgentes, etcétera, que hacen presencia en la frontera― por este mismo discurso es que abandonamos históricamente a estos territorios y eso hace, precisamente, el dominio de estos territorios y que la consolidación de estas organizaciones en el territorio predominen y prevalezcan. Si nosotros llegamos con la institucionalidad y generamos un marco y unas decisiones de política pública que le permitan a los inversionistas también llegar allí, generar unas condiciones adecuadas de decisión de política pública, más difícil va a ser que la criminalidad permanezca, esa es precisamente la apuesta y eso es lo que ha pasado con estos territorios en los que la gente no ha visto otra forma de relacionarse, no han visto una autoridad allí, a veces la autoridad termina siendo esas organizaciones, precisamente por una ausencia completa del Estado. Esta es la mejor manera de generar un ambiente propicio de desarrollo económico, de integración productiva, de inversión y de construcción de paz. En la medida en que nosotros vamos a atacar las condiciones estructurales que han dado origen al conflicto, vamos a garantizar que este no se repita, sino que esto va a ser permanente y va a mutar y se va a modificar, pero las formas de violencia van a permanecer. Yo como araucana le digo, muchas organizaciones, muchos empresarios, el pequeño productor, la Cámara de Comercio, mucha gente me ha escrito porque quieren hacer parte de este proceso. Nos han dicho, usted como araucana, por favor no deje que Arauca se quede por fuera porque Arauca y el estado Apure en Venezuela lo necesita. Es lo que viven día a día. SEMANA: Es decir, ¿hay posibilidades de que se amplíe a más departamentos? D.M.: Sí, sería algo coordinado, vamos a hacer ejercicios en los territorios, pero no he recibido un solo comentario, de un solo araucano, que me diga que no quiere esto, me han dicho ‘por favor aceléralo’. Esto tiene que ser de mutuo acuerdo, no es una cosa que inmediatamente yo pueda decidir, esto tiene que ser entre los dos Estados, entre la institucionalidad, pero hay voluntad de las partes en ello, iremos avanzando en la evaluación para que se puedan implementar en otras zonas. SEMANA: ¿Desde cuándo regirá? D.M.: Como esto es un memorando de entendimiento, estamos manifestando la voluntad de que lo queremos hacer, es posible que incluso para ello también se necesite otro tipo de acciones e inversiones. Va a haber reuniones entre diferentes ministros, de Energía, los ministros de Transporte, y empezar a hacer una agenda conjunta para tener un plan mucho más aterrizado de qué podemos hacer. Un memorándum de entendimiento básicamente es la manifestación de la voluntad, por eso no es vinculante. No es un tratado, no es un acuerdo comercial, aunque lo tenemos con Venezuela y lo queremos profundizar aún más en otros aspectos, en otros productos y actividades de servicios y queremos avanzar en ello, pero eso es otro procedimiento diferente. Pero hoy tenemos un acuerdo comercial, este no es un acuerdo comercial, simplemente es una manifestación para decir que queremos pensar en nuestras fronteras y hay un marco normativo que nos permite generar unas condiciones que nos ayuden a avanzar en procesos de integración productiva, de industrialización y fortalecer el tejido social y empresarial de estas zonas. SEMANA: Los gobernadores de esos departamentos han expresado algunas preocupaciones, ¿cómo se trabajará con ellos para reducir los riesgos que han expresado?D.M.: Yo he conversado con los gobernadores, sobre todo en La Guajira y Cesar, que tenían algunas preocupaciones. Yo les comenté y les socialicé todo el memorando de entrenamiento y siento que hubo mayor tranquilidad al respecto. Ellos tienen una preocupación y es que, claro, son los que están en el territorio, la gente empieza a preguntarles y a pedirles respuestas. En ese sentido, lo que yo hice fue esclarecerles cuál es la apuesta del Gobierno y cuál es la importancia de involucrarlos a ellos en este proceso que, por supuesto, lo van a hacer y no solo el sector público, sino el sector privado, que también está interesado en este tipo de iniciativas, porque también ven la oportunidad de fortalecer sus procesos productivos, de generar dinámicas de encadenamiento de valor en las dinámicas del comercio regional y global; es una oportunidad en diferentes escalas, desde el pequeño productor, desde el pequeño comerciante hasta un aparato productivo o el tejido empresarial que trabaja a mayor escala, también lo ve allí como una oportunidad. Lo hablamos con los gobernadores, yo creo que ellos ya se fueron con mayor tranquilidad y esperamos ir haciendo estas socializaciones en los territorios. Ya hubo una socialización en Norte de Santander, hubo presencia del Ministerio de Comercio y otros representantes de otras entidades del Gobierno nacional están con todos los sectores, con agremiaciones, con empresarios, con todos los actores allí que tienen algún interés y que son relevantes en este proceso y están allí y eso lo vamos a hacer en otras zonas.

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