Laura Sarabia deja la Cancillería después de aplicar la misma fórmula que Gustavo Petro y los otros excancilleres que le antecedieron prometieron derrocar: la entrega de cargos diplomáticos a quienes no pertenecen a la carrera diplomática. Aunque ella y sus antecesores prometieron reducir esas prácticas, Sarabia nombró a más de 50 personas que no pertenecen a la carrera en viceministerios, embajadas y direcciones de despacho, rodeándose de asesores políticos para llevar las riendas del Ministerio. Otra canciller que no aplicó el “cambio” que prometió el presidente, y que ni el mismo mandatario ha ajustado.
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