Cuando se habla de educación en Colombia, los grandes titulares suelen centrarse en las reformas que se necesitan o en las polémicas sobre el presupuesto que se le destina. Sin embargo, en las zonas más apartadas del país ocurren noticias que merecen ser destacadas, como el hecho de que Fe y Alegría Colombia haya construido una revolución educativa desde hace más de 50 años y que hoy tenga 66 centros educativos en 12 departamentos, atienda a 30.551 estudiantes en sus colegios y a 7.878 niños en sus centros de primera infancia, y cuente con 2.096 colaboradores en todo el territorio nacional. Su misión, sin embargo, enfrenta retos decisivos para la sostenibilidad de su modelo.En un escenario marcado por la desigualdad educativa, los resultados evidencian que la educación popular puede alcanzar altos niveles de excelencia. Así lo reflejan las Pruebas Saber 11 de 2024, en las que el 64 por ciento de las instituciones de Fe y Alegría en Colombia incrementaron su puntaje global –nueve de ellas con avances superiores a 10 puntos–. No obstante, persisten desafíos críticos, como la movilidad escolar, que afecta especialmente a algunas sedes de la asociación. En la Regional Oriente, por ejemplo, el 34,4 por ciento de los estudiantes cambian de centro con frecuencia debido a la crisis económica y al desplazamiento forzado, una realidad que exige atención urgente.Transformando la sociedad con iniciativas comunitarias Como miembros del Programa Nacional de Educación para la Paz (EducaPaz), con 8.533 personas atendidas, hemos sido clave en la reconstrucción del tejido social en zonas afectadas por el conflicto armado. En el Litoral Caucano, por ejemplo, 446 docentes y directivos han sido capacitados en educación para la paz, mientras que 30 maletas con 70 libros han llevado literatura infantil y juvenil a comunidades con acceso limitado a material pedagógico; todo esto ha sido realizado por las comunidades y el acompañamiento de Fe y Alegría Colombia.Nuestro programa CreeSiendo, que apoya a los estudiantes en los ámbitos socioemocional, psicosocial y de orientación escolar, ha beneficiado a 9.904 estudiantes, garantizando su bienestar y permanencia escolar. Así mismo, nuestras Iniciativas de Desarrollo y Empoderamiento Comunitario han sido un motor de esperanza y transformación social en comunidades vulnerables, al impactar a más 12.500 beneficiarios en el país, por medio de programas como ParticipAcción Juvenil, que ha formado a 4.369 jóvenes en liderazgo y derechos humanos, y el Círculo de Mujeres, que ha fortalecido el emprendimiento y la prevención de violencias de género.Estas iniciativas no solo brindan herramientas para el desarrollo personal, sino queconsolidan redes comunitarias que impulsan el cambio desde la educación y la organización social, alineadas con estrategias de arte, cultura y deporte para la paz que promueven prácticas de convivencia y reconciliación.Más que un modelo pedagógico, el accionar del movimiento Fe y Alegría –que está presente en 22 países del mundo– es una respuesta sólida y clave a las necesidades de comunidades históricamente excluidas, donde la educación no solo forma ciudadanos, sino que reconstruye el tejido social. Con una propuesta que integra formación integral, liderazgo comunitario y educación para la paz, Fe y Alegría Colombia demuestra que el aprendizaje va más allá de los libros: es una herramienta de cambio. Actualmente, enfrentamos grandes desafíos en nuestra sostenibilidad financiera a largo plazo, lo que pone en riesgo los programas y proyectos que hemos desarrollado durante este medio siglo. Entre los principales retos está la reducción de ingresos debido a cambios en los modelos de contratación con el Estado, lo que genera incertidumbre en el financiamiento de proyectos educativos. A esto se suman las limitaciones en el acceso a tecnología en zonas marginadas, las crisis socioeconómicas que afectan la continuidad de nuestras iniciativas y la necesidad urgente de capacitar a los docentes para enfrentar entornos complejos. Para mantener viva nuestra misión, es fundamental innovar en estrategias de financiamiento y fortalecer alianzas con el sector privado que permitan asegurar la continuidad de acciones esenciales para nuestras comunidades.Gyver Aleycer Cárdenas Barrera, Promoción Institucional de Fe y Alegría Colombia
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