En medio de una fuerte controversia, la plenaria de Senado finalmente le dio el visto bueno al articulado de la reforma laboral, no sin antes sumirse en el tire y afloje propio de un país de extremos.Unos abogaban por hacerle ajustes al proyecto de ley, de manera que se mejorara su contenido, según las críticas que había suscitado en el proceso, que duró alrededor de dos años.Pero el partido de gobierno puso toda su artillería para lograr que se dejara lo más parecido posible a la propuesta inicial que, a todas luces, no era avalada por las mayorías en el Congreso.Es así como, el abogado laboralista Charles Chapman, quien participó en la asesoría de la reforma, se despachó contra lo ocurrido en el Senado.Aseguró que, contrario a lo que buscaban desde la sensatez y la técnica, se aprobó en plenaria “una reforma laboral destructora de empleo, destructora de micro y pequeña empresa”.Desde la perspectiva de Chapman, “hoy muchos senadores cedieron al gobierno, en contra de los intereses del país”, indicó. Dentro de los puntos que considera contraproducentes, aseguró que eliminaron los ajustes que se habían aprobado en la Comisión Cuarta de Senado, para generar empleo, o para protegerlo. “El gobierno y los senadores serán los responsables de la destrucción de empleo, del tejido empresarial y de la reducción de contrataciones de jóvenes aprendices que padeceremos en corto tiempo", dijo.
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