Nuevamente el departamento del Chocó vuelve a ser escenario de una arremetida por cuenta del ELN. La guerrilla anunció que mantendrá un paro armado durante 72 horas, desde el pasado viernes. Tras la determinación del grupo ilegal con amplia injerencia en el departamento, las Fuerzas Militares destinaron 3.600 hombres para hacerle frente a la compleja situación de orden público. Desde las Fuerzas Militares indicaron que: “son más 3.600 efectivos de la Séptima División del Ejército Nacional, de la Fuerza Naval del Pacífico y del Comando Aéreo de Combate No.5 los que se encuentran desplegados a lo largo del departamento para proteger a la población civil que habita este territorio, especialmente en el área ribereña del Baudó”. El refuerzo de la seguridad en Chocó se da en momentos en los que el departamento enfrenta una grave crisis de orden público. La región presenta extorsiones, quema de buses, homicidios, tiene presencia de grupos criminales como el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las Farc. La radiografía en el Chocó es la misma de los últimos años, a veces con mayor o menor inestabilidad, pero siempre con la violencia de por medio.Regiones como Quibdó e Istmina están siendo golpeados fuertemente por la violencia que no cesa en el departamento. La guerra por territorio entre las disidencias de las Farc, el Clan del Golfo y el ELN ha hecho que se presenten confinamientos, desplazamientos y guerra constante entre los ilegales y la fuerza pública que busca frenar el espiral criminal.Para las Fuerzas Militares los paros armados de la guerrilla son una muestra de debilidad: “este constreñimiento a la población civil sólo es una demostración de la debilidad de estás estructuras criminales ante la ofensiva de las Fuerzas Militares sostenida en contra de estos ilegales. El accionar delictivo de los integrantes de este Grupo Armado Organizado busca intimidar a la población civil, generar afectaciones a la libre movilidad y desabastecer a la región”.Sin embargo en los dos últimos años el Chocó se ha enfrentado a 11 paros armados, que distan mucho de la versión de las Fuerzas Militares sobre que hay un debilitamiento, y menos cuando el propio gobierno y el Ministerio de Defensa han reconocido que durante el actual periodo presidencia los grupos criminales se fortalecieron y aumentaron capacidades.
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