Las cajas de compensación, un invento de los sindicalistas y empresarios de Antioquia a mediados del siglo XX, son en pleno siglo XXI islas de confianza en mares de desconfianza.En 2025 se afianzaron como las cuartas instituciones con mayor confianza en Colombia, según el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga y YanHass en su medición SABEMOS #005. Es muy posible que ocupen ese lugar privilegiado en el corazón de los colombianos por su rol activo como puentes entre sectores diversos e incluso opuestos, también por ser instituciones siempre constructivas alrededor de los grandes propósitos nacionales.Ya son más de 70 años de estar construyendo valor social desde el liderazgo de trabajadores y empresarios, al colaborar con las políticas públicas y conectar comunidades. Por eso, en un país en el que se desconfía del prójimo y se cree en muy pocas instituciones, en una nación que a veces parece caer en una especie de desesperanza aprendida, las cajas de compensación aparecen en el panorama como acompañantes de familias, empresas y organizaciones, como la herramienta más valiosa para la construcción del país posible, para resolver los grandes desafíos sociales, para dejar atrás la coyuntura y actuar con espíritu de largo plazo.El mayor representante en Antioquia de este ejercicio de confianza es Comfama, la primera caja de compensación del país (1954), que agrupa a más de 130 mil empresas y atiende a más de 4,3 millones de habitantes con sus servicios que generan bienestar y progreso. Nacida del diálogo social entre patronos y obreros, como se decía en ese entonces, su esencia está en el diálogo y la construcción en espacios en los que otros solo pensarían en conflicto y destrucción.Aprender es confiar en el futuroEn Carepa, Urabá antioqueño, Bella Nira, de 19 años, trabaja en un vivero de cacao con su familia. Es el sábado cuando se monta en una moto y recorre dos horas para llegar a la Institución Educativa La Cristalina. Su destino: la técnica en Administración Agropecuaria del programa La U en el Campo, de la Alianza ERA (Educación Rural para Antioquia), de la cual Comfama es socia fundadora. Su convicción es firme: estudiar es su camino para cambiar su realidad y la de su familia. Entregar nuestra educación a una institución es uno de los más elevados actos de confianza.Emprender es confiar en las empresasMauricio Vargas siempre tuvo el sueño de crear empresa. Fue un quebranto de salud el que lo impulsó a no abandonarlo y, al graduarse de la universidad, hizo realidad su emprendimiento. Entre ensayo y error, su empresa Alsec, que hace parte de Antioquia Emergente —un trabajo impulsado por Breakthrough, Comfama, Eafit y Proantioquia— diseñó un proceso de pulverización de alimentos que busca contrarrestar el hambre, ya que permite conservar nutrientes esenciales y aumentar el valor proteico de las comidas sin aditivos ni químicos. Depositar nuestros sueños en una empresa es confiar en la capacidad y creatividad de los colombianos.Cuidar y dejarse cuidar es confiar en nuestro sistema de saludMartín nació 9 semanas antes de lo esperado. Pasó un mes entero en cuidados intensivos de la Clínica Panamericana, en Urabá (IPS propiedad de Comfama). Aunque la expectativa de vida era baja, la esperanza de su familia y del personal médico nunca se apagó. Han pasado 5 años desde entonces y Martín es ahora un niño alegre, sano y lleno de amor. Yesenia, su mamá, lo ha cuidado desde el primer momento en equipo con “La Pana”, como le dicen cariñosamente en la región. Dejarse cuidar por los mejores profesionales de la salud es construir confianza en un sistema en riesgo.Como ven, tejer confianza en épocas de incertidumbre facilita el trabajo colectivo, acerca a personas e instituciones y devuelve la posibilidad de soñar en el futuro. Esta misión que desarrollan las cajas da sus frutos de una manera simple y poderosa: yo confío, tú confías, nosotros confiamos…Como lo expresó bellamente Irene Vallejo:“Vivimos tiempos contradictorios en los que nos abruman con datos catastróficos, pero a la vez nos reclaman confianza, en realidad se nos pide esperanza…”.Nosotros ofrecemos esperanza. ¿Serviría de algo cualquier otra postura?*Contenido elaborado con el apoyo de Comfama.
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