Explosión en Manhattan: nube de humo envuelve el Upper East Side y obliga a gran despliegue de bomberos

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Cerca de las 10:00 a. m. del viernes 15 de agosto de 2025, una densa columna de humo negro retumbó en el Upper East Side de Manhattan y alertó a vecinos y transeúntes, cuando un incendio de tres alarmas comenzó en la azotea de un edificio residencial de siete pisos. Más de cien bomberos y personal del sistema de emergencia médica se desplegaron de inmediato en la calle 95, entre Primera y Segunda Avenida, acordonando varias calles en una zona densamente habitada repleta de comercios, viviendas y escuelas. El humo, visible desde distintos puntos de Manhattan, generó incertidumbre y susto entre quienes observaban el despliegue desde sus ventanas o caminaban por las avenidas cercanas.FDNY members are currently operating at a 3-alarm fire at 305 East 95th Street in Manhattan. pic.twitter.com/H05Ehdd7Ah— FDNY (@FDNY) August 15, 2025El Departamento de Bomberos de la Ciudad de Nueva York (FDNY) activó un protocolo especial tras recibir el alerta. Las imágenes aéreas captadas por helicópteros mostraron cómo los equipos ascendían hasta la azotea, donde las llamas emanaban de una estructura superior próxima a la cubierta del edificio. Las unidades especializadas lucharon por contener el fuego desde múltiples puntos, mientras se aseguraba el perímetro y se restringía el flujo vehicular para facilitar las labores de rescate y coordinación.Aunque los reportes iniciales no mencionaban heridos ni evacuaciones masivas, decenas de residentes se agolparon en la acera observando la emergencia, con el temor latente de que el fuego se propagara hacia los pisos inferiores. Tras sofocar las llamas pasadas varias horas, bomberos y técnicos de emergencia iniciaron inspecciones en cada apartamento para descartar posibles focos que pudieran reavivar el siniestro, sobre todo en instalaciones eléctricas o de gas.Según informes, en marzo de 2025 una explosión en el sótano de un edificio también en el Upper East Side provocó la intervención de bomberos y dejó algunos lesionados, aunque esa vez el origen se atribuyó a una combustión de gas residual y afectó principalmente a unidades inferiores. Esa referencia sirve para dimensionar los riesgos estructurales y de instalaciones derivados de incendios o explosiones en edificios neoyorquinos de mediana altura, lo que refuerza la necesidad de revisiones rigurosas tras siniestros similares.Hasta el último parte oficial, no se habían reportado víctimas fatales ni evacuaciones forzadas, aunque se mantuvo cerrado el tránsito en las cuadras próximas mientras la evaluación de daños estructurales continuaba. Las autoridades recomendaron a los ciudadanos evitar la zona mientras se completaba el operativo y recordaron la importancia de los protocolos de emergencia ante siniestros en áreas residenciales densas.La causa exacta del incendio permanece en investigación, pero las autoridades anunciaron que revisarán con profundidad las conexiones eléctricas, redes de gas y estructuras de la azotea, con el fin de reforzar la prevención y evitar futuros incidentes en una de las zonas más emblemáticas y concurridas de Manhattan. La respuesta rápida y coordinada evitó daños mayores, poniendo en evidencia la capacidad de respuesta ante emergencias urbanas de gran escala

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