En estados republicanos, votantes de Donald Trump, es más probable que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) arresten a inmigrantes que están recluidos en cárceles o centros de detención.Sin embargo, en estados demócratas la situación es distinta. Las autoridades de migración ejecutan detenciones en zonas de trabajo, calles y, sobre todo, a través de redadas masivas.Lo más preocupante es que la mayoría de arrestos, en lugares demócratas, se producen con personas que no tienen antecedentes penales, según un análisis de CNN con datos de la agencia federal y en alianza con la Universidad de California.Los números que muestran la brecha De acuerdo con el análisis en mención, el 59 % de los arrestos en territorio dominado por el partido Republicano se dan en prisiones. Ahora, en territorio demócrata, 70 % de las detenciones se llevan a cabo en comunidad.Por ejemplo, en Massachusetts, el 94 % de los inmigrantes fueron detenidos en comunidad, y el 78 % no tenía antecedentes penales.En Nueva York, ciudad santuario que limita cooperación con el ICE, solo 4 % de solicitudes de captura eran para personas en cárceles.Para dimensionar la diferencia, en la administración de Joe Biden el 62 % de los arrestos fueron a migrantes privados de la libertad, y solo el 27 % fueron a extranjeros que estaban en lugares frecuentados de la población.En el segundo mandato de Donald Trump, los números se volvieron más parejos: el 44 % de las acciones del ICE se han dado en calles, lugares de trabajo y sitios públicos.Por su parte, estados que votaron por Kamala Harris reportan que el 36 % de los arrestados tienen antecedentes penales, comparado con el 41 % de inmigrantes capturados en las mismas condiciones, pero en zonas que votaron por el actual presidente.Arrestos comunitarios y rechazo de la sociedad civilCuando el ICE solicita detenciones a personas encarceladas, le hace una petición a funcionarios de esas instituciones para proceder antes de que sean liberados.En lo que respecta a arrestos comunitarios, la táctica es clara: redadas masivas, irrupción en lugares de esparcimiento o de trabajo, y uso de tecnología para rastrear inmigrantes.Ahora bien, en ciudades santuario, las políticas migratorias autónomas rechazan las solicitudes del ICE, e incluso alguna metrópoli como Boston prohíben que se pregunte por el estatus migratorio.El miedo a los agentes es tal que muchos migrantes optan por no salir de sus casas por temor a ser detenidos y, posteriormente, deportados.“Estamos observando que la gente no va a sus citas médicas, los niños no van a la escuela, la gente no hace la compra”, mencionó el jefe de Coalición de Defensa Inmigrantes y refugiados de Massachusetts, Sarang Sekhavat.“Se ve que muchos negocios en algunos de estos barrios están sufriendo mucho porque la gente simplemente no quiere salir de casa (…) barrios bulliciosos y activos que ahora se han vuelto muy silenciosos", agregó Sekhavat.El gobierno de Donald Trump prometió las deportaciones masivas más grandes de la historia, y ya se han presentado varias denuncias y demandas por sus agresivas políticas antimigratorias.
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