SEMANA: ¿Por qué escribió El propósito no era lo que yo creía?Sharoni Rosenberg: Yo tuve una carrera tradicional, pero nunca quise ser abogada. Entré a trabajar en una empresa multinacional y a los 33 años entré en una crisis muy profunda porque me di cuenta de que toda mi vida había vivido de acuerdo a las expectativas de otro y no a lo que yo realmente quería vivir. En ese momento lancé mi primer libro, que se llama El propósito no era lo que yo creía. Y me puse a hacer charlas de propósito, y me di cuenta de que se generaba un impacto espectacular en la gente cuando escuchaba un testimonio honesto de crecimiento personal, con todos los hallazgos que tenemos hoy día de la neurociencia, de la filosofía, de la psicología positiva, etc. Y empecé a crear eventos en Chile para reunir a estas personas. Me di cuenta de que yo no era la única que tenía esta crisis, que muchos andan en esta búsqueda de propósito y sentido. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Sharoni Rosenberg l Propósito (@sharonirosenberg)
SEMANA: ¿Cómo surgió Mentes Expertas?S.R.: Le ha ido muy bien a este proyecto. Hasta el año pasado me enteré de que Mentes Expertas, la firma española con mejor reputación en conferencias motivacionales, llegaba a Latinoamérica. No estaba Chile en la agenda, y yo les llamé y les pedí que trajeran esto a mi país para poder inspirar a todas las personas con grandes autores como Marian Rojas Tapé, Víctor Cúpers, Borja de la Seca, Taler Yajar, porque esto le va a hacer muy bien al país.Llenamos todas las fusiones en Argentina, en Uruguay, Paraguay, Costa Rica. Y este año, Marian Rojas, (psiquiatra, autora y conferencista reconocida), nos pidió explícitamente, “yo quiero ir a Colombia, porque amo Colombia, mis libros, yo sé que la gente los lee mucho ahí, siempre me escriben, tengo muchas ganas de ir”. Por mi parte yo siempre tuve un cariño muy especial por este país. Me ofrecieron otros países y dije que no, pero con Colombia sí me quise quedar. SEMANA: Hablando de ese enfoque humanista que usted tiene. ¿Cómo fue que pasó de estudiar derecho, de ser tenista, a crear una empresa? S.R.: Es porque hubo una búsqueda interior de quién soy yo realmente, qué es lo que me mueve, cuál es mi límite, dónde quiero estar, con qué persona me siento cómoda y con qué no. Yo siempre supe que no había nacido para la carrera que escogí, pero claro, las convenciones, el deber ser, el tener una carrera, tener un buen cargo, la estabilidad económica, las expectativas.Pero leyendo muchos de estos autores, que están en mentes expertas, como que recobré el poder sobre mi vida y me di cuenta de que a nadie más que a mí me importaba mi felicidad. Tus padres te pueden decir que creo que seas feliz. Tu pareja te puede decir que creo que seas feliz. Tus hijos te pueden decir que creo que seas feliz. Pero al final, tú eres la única que va realmente a invertir en tu propia felicidad. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Purposely Latam (@purposely_latam)
SEMANA: ¿Eso significa que para usted el conformismo es el mayor enemigo?S.R.: El conformismo nos hace quedarnos en el status quo y no nos permite evolucionar. Yo soy promotora de salir de la zona de confort, arriesgarte, y lo peor que puede pasar es que aprendas mucho, aunque no consigas el resultado. Y hay un consejo que me gusta mucho decirle a los universitarios, a los jóvenes, de que no se queden en lo que estudiaron. Estudiar la carrera es una base, pero van a ser millones de otras cosas. El mundo cambia tan rápido que van a estar estudiando todo el tiempo.Entonces, la carrera te sirve, pero que no eres lo que estudiaste. Son herramientas, pero tú tienes posibilidad de conseguir muchas más herramientas en el camino. No es la única. Y te puedes reinventar. Mira todas las veces que yo me he reinventado. Y ya le perdí el miedo. SEMANA: ¿Qué ejemplo de responsabilidad personal y felicidad espera dejarles a sus hijas a través de su trabajo?S.R.: Cuando yo me di cuenta de que mi felicidad dependía de mí, mi mentalidad cambió por completo. Yo soy responsable de mi felicidad, de mi bienestar. Me pasó que mi hija, que ahora tiene 15 años, mi hija mayor, a los 5 años, le dejaron una tarea en el colegio, y una de las preguntas era, ¿Qué es lo que más te gusta de tu mamá? Y ella escribió, “mi mamá es la persona más feliz que conozco”. En ese momento entendí que más que ser la mejor abogada, ganar mucho dinero o ascender, mi hija necesitaba verme feliz. Yo tengo 3 hijas mujeres. Y creo que el mejor ejemplo que les puedo dar es eso. SEMANA: ¿De dónde viene su enfoque humanista? S.R.: Siempre hubo algo muy altruista dentro de mí. Yo hice mucho voluntariado, trabajo en fundaciones, fui abogada en muchas fundaciones. Y me daba cuenta de que cuando yo desplegaba ese lado de mí, salía mi mejor versión. Se me ocurrían cosas creativas. Lograba generar alianzas espectaculares. Y ahí, indagando en mí, me di cuenta de que todo lo que tiene que ver con entregar al otro, el servicio al otro, el inspirar y sacar la mejor versión de otro, es una sensación física. Es como que tuviera mariposas que fueran a salir de mi cuerpo, como fuego que sale de mí. Pero lo que más me gusta es inspirar a las personas para que ayuden a otros. SEMANA: ¿Cuál sería un consejo que usted le daría a la gente, que como muchos, eligen el camino que tal vez no es el indicado para ellos? S.R.: Yo les diría que hay un camino de transición. Uno no puede cambiar de carrera, tirarlo todo y partir de cero. Yo creo que eso es demasiado arriesgado. Yo no lo hice así. Para mí fue una transición. No dejé de ser abogada de la noche a la mañana, empecé a hacer voluntariado, temas de propósito, después cambiar sostenibilidad y después llegué a las charlas motivacionales. Pero fue un camino que se fue construyendo, y para eso hay que tener mucha paciencia. Hay que tener una transformación adentro para que ocurra la transformación afuera.
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