Así buscan sacar adelante la reforma a la salud. El ministro del Interior podría conseguir los votos, en medio de críticas por artículos controversiales

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Una de las principales apuestas sociales que el presidente Gustavo Petro quiere sacar adelante antes de que termine su periodo, pero que sigue pendiente, es la reforma a la salud. El gobernante ha insistido en esta propuesta, en medio de una crisis que se ha generado en el sistema del país a lo largo de su gobierno y por lo cual algunos sectores lo responsabilizan.El debate de la reforma a la salud se encuentra estancado en la Comisión Séptima del Senado. Allí ya se hundió una vez y también naufragó la reforma laboral, que posteriormente revivió y se aprobó. En esta corporación, el Gobierno no tiene las mayorías, pero es optimista en que pueda pasar a la plenaria a su último debate, así lo confirmó el ministro del Interior, Armando Benedetti.“Hay una nueva era de entendimiento. Es seguro que se va a tramitar y va a pasar el proyecto de salud a la plenaria del Senado. Concertaremos”, aseguró. A pesar del anuncio, SEMANA conoció que algunos de los senadores que tienen ponencias alternativas aún no han sido contactados por el ministro. Al ambiente político tampoco le favorece la relación que ha tenido la Comisión Séptima del Senado con el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, porque consideran que no se ha dado en los mejores términos. Incluso, varios reclaman que los canales están prácticamente rotos porque el ministro los ha maltratado y ha sido grosero en varias ocasiones.“Cuando se ha sentado a conversar, lo que ha hecho es querer imponer la reforma, y tenemos que votársela tal como viene, como si fuéramos notarios”, reclamó el presidente de esa corporación, Miguel Ángel Pinto, quien también ha tenido diferencias con el Gobierno y con el mismo presidente Gustavo Petro.Pinto reclamó porque el ministro de Hacienda, Germán Ávila, tampoco ha ido a explicar a la comisión el impacto fiscal del proyecto, un punto que consideran clave para avanzar en la discusión y aprobar el articulado.A los senadores de la comisión también les molestó que el Gobierno expidiera el Decreto 0858 el pasado miércoles 30 de julio, con el que se implementarían varios puntos planteados en el proyecto de un solo tajo, como cambiar el rol de las EPS para que tengan funciones de coordinación, que la Adres maneje los dineros del sistema y que se creen los Centros de Atención Primaria en Salud (Caps). Benedetti dijo que el decreto no fue sacado de la manga y que no interfiere con la discusión de la reforma. “Ese decreto no toca absolutamente nada lo que es la naturaleza, la columna vertebral y la idea principal de la que está ahora en el Congreso”, aseguró.Sin embargo, algunos miembros de la Comisión Séptima recuerdan que fue precisamente con anuncios desde la Casa de Nariño que lograron aprobar la reforma laboral cuando se habló de una consulta popular, por lo que consideran que este decretazo podría ser una nueva forma de presión para sacar adelante la reforma a la salud.Teniendo en cuenta ese contexto, si en algo coinciden desde el Gobierno y dentro de la Comisión Séptima, es que el proyecto pasaría a la plenaria, aunque todavía no se conocen los ajustes que pueda sufrir el articulado. Como confirmó Pinto, se acordarán algunos temas, otros se debatirán y sobre los que no haya acuerdos se medirán a voto limpio.Varios de los senadores que respaldan las ponencias alternativas consideran que lo más adecuado no es hundir la iniciativa nuevamente, sino dar el debate y ajustar lo posible logrando acuerdos porque, precisamente, quieren evitar lo que sucedió con la reforma laboral que terminó en manos de la Comisión Cuarta, mientras que ellos quedaron en la palestra por las críticas del petrismo.Aunque en el último año legislativo los proyectos de importancia para el Gobierno tienen un panorama más complicado, todo indica que la reforma a la salud podría salir adelante, por lo menos en su tercer debate, ya que en la plenaria la puja será a otro precio.

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