“El que a hierro mata, a hierro muere”. Esa frase, que habla más de venganza que de justicia, se acomoda a la historia de Francisco Luis Correa, el hombre que aceptó liderar la organización criminal encargada del plan para asesinar al fiscal paraguayo Marcelo Pecci en Cartagena. Correa fue condenado y en la cárcel lo mataron. SEMANA conoció la confesión de quien lo asesinó en medio de una supuesta riña y como respuesta a problemas de comportamiento en la cárcel La Picota, de Bogotá. Francisco Luis Correa firmó un acuerdo con la Fiscalía para aceptar cargos y obtener una rebaja de pena, pero terminó asesinado con el filo de un cuchillo. “Los hechos que resultaron en la muerte del señor Francisco Luis Correa ocurrieron tras una diferencia que sostuvimos él y yo. Lamentablemente, mi estado de embriaguez en ese momento contribuyó a que esta situación se saliera de control”, señaló el confeso asesino.Quien asesinó a Correa fue otro preso, Samuel Zuleta Márquez. Su confesión advierte que lo mató por una “diferencia” que tuvieron en la cárcel. El día del crimen, Zuleta Márquez estaba borracho, en un pabellón que se supone está libre de licor. Dijo que se llenó de rabia y perdió el control hasta desahogarse con el cuerpo del también asesino.La confesión quedó en una entrevista que a puño y letra redactó el Inpec. Allí se advierte cómo Correa, que fue victimario en el crimen contra el fiscal Pecci, se convirtió en víctima mientras estaba bajo la vigilancia del Estado. Lo que más llamó la atención es que Zuleta aseguró que no tenía órdenes o pago por matar al otro asesino, quien era clave para desenredar el crimen del fiscal antimafia paraguayo. Insistió en que fue un acto individual y consecuencia de los tragos.“Deseo aclarar enfáticamente que no he recibido órdenes y ninguna compensación monetaria por este hecho, ni de parte de ningún grupo armado (ELN, grupos paramilitares), ni de ninguna persona, incluyendo al señor Pipe Tuluá”, dijo el confeso asesino en su declaración al Inpec. El asesinato de Francisco Luis Correa, cuando apenas arrancaba a pagar su condena de 27 años de cárcel por el crimen del fiscal Marcelo Pecci, alarmó a las autoridades. Pero casi seis meses después nadie se pregunta realmente qué pasó en esa celda. Solo hasta ahora que se conoce la confesión del asesino con detalles descarados y confusos.Las víctimas del asesinato de Marcelo Pecci exigieron a la Fiscalía llegar al fondo de este nuevo capítulo que silenció al cabecilla de la red criminal encargada de planear y ejecutar el homicidio del fiscal paraguayo. Francisco Luis Correa era la clave para llegar a los autores intelectuales, pero terminó apuñalado en su propia celda.Samuel Zuleta Márquez, el confeso asesino, reveló lo que pasó ese día en la cárcel. Dijo en su declaración que el arrebato de sinceridad es que la “verdad prevalezca” y no perjudicar a “personas inocentes”. Una versión extraña que, aparentemente, pasó entero la Fiscalía, porque no hubo investigaciones, solo trámites para afanar el proceso y condenarlo.A Zuleta, el asesino de Correa, le imputaron cargos y lo llamaron a juicio, pero las dudas de las víctimas en el caso del fiscal Pecci ni siquiera fueron discutidas. Al parecer, fue suficiente una confesión rendida 20 días después del crimen y en circunstancias que no son claras. El relato del confeso no tuvo discusión, ni verificación.
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