El cambio en el contrato de aprendices del Sena en la reforma laboral sigue generando controversia. ¿Castigo para los jóvenes?

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Después de tensiones y discusiones, la reforma laboral fue aprobada por el Congreso y sancionada por el presidente Gustavo Petro en un acto público en la Quinta de Bolívar, en Bogotá.Allí, el jefe de Estado aseguró que miles de inspectores del Ministerio del Trabajo serán contratados para verificar el cumplimiento de la reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional y aprobada por el Congreso.“Debe aplicarse en toda empresa pública o privada, desde los medios de comunicación hasta las fábricas, desde el campo hasta el barrio popular. No hacerle caso a la ley es romper la democracia”, dijo el mandatario.Aunque el debate ya se surtió, persisten preocupaciones por el impacto que pueda causar la reforma en el sector empresarial, pues los costos aumentarán. Inquieta, por ejemplo, el futuro en las micro y pequeñas empresas (mipymes), que no tienen la flexibilidad para absorber ese incremento, ni ajustar su planta de personal, como lo podría hacer, eventualmente, una empresa grande.Otro de los puntos de mayor discusión ha sido el de los aprendices del Sena, cuyo contrato se convierte en un contrato laboral pleno, casi que duplicando los costos de contratación.Un análisis de la firma Posse Herrera Ruiz calificó como “altamente perjudicial” este controvertido artículo de la reforma, para el proceso de crecimiento e incorporación a la vida profesional de miles de estudiantes jóvenes. Anticipa el informe que si a los empresarios se les obliga a contratar aprendices como trabajadores con el costo, proceso y consecuencias que ello implica, muchos preferirán cerrar sus puertas a las prácticas profesionales y pagar la cuota de compensación. “Contrario a beneficiar a los aprendices, les cierra las puertas, pero, eso sí, el Sena se convertirá en otra fuente de recaudo debilitándose como institución educativa. Recibirá dinero y dejará de formar jóvenes”, concluye.En ese sentido, Anif se pronunció sobre este aspecto específico y señaló que la reforma convierte el contrato de aprendizaje en un contrato laboral pleno, elevando los costos de contratación en más del 105 %, al incluir todas las prestaciones laborales tradicionales. Con la reforma, se establece el 75 % del salario mínimo en la etapa lectiva y el reconocimiento del 100 % de un salario mínimo durante la etapa productiva en la empresa.

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