La salida del vicecanciller Daniel Ávila abre nuevamente el debate sobre la experiencia diplomática. ¿Desde Palacio ordenaron su retiro?

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El vicecanciller de Relaciones Exteriores, Daniel Ávila, duró tres meses exactos en el cargo. Había llegado el 29 de enero de 2025 junto con la ministra Laura Sarabia. Venía de Washington tras ser un destacado funcionario con más de 25 años de carrera diplomática. De hecho, la ministra decía con orgullo que tenía a una persona técnica y con experiencia a su lado.Sin embargo, todo cambió y el retiro de Ávila ha despertado preocupación en los círculos diplomáticos y políticos por cuenta de que cuenta con más de tres décadas de trayectoria en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Ávila es ampliamente reconocido por su conocimiento profundo de las relaciones bilaterales con Estados Unidos y su comprensión detallada de los entramados institucionales en Washington.Aunque todavía no está claro por qué salió del cargo, algunas fuentes aseguran que fue por decisión del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE). A pesar del respaldo técnico y la trayectoria que lo avalaban, la continuidad de Ávila no fue considerada en el diseño de los relevos ordenados desde la Casa de Nariño. En su reemplazo, el DAPRE publicó la hoja de vida de Yolanda Villavicencio, una funcionaria con experiencia social que lideró la estrategia “Colombia Nos Une”, enfocada en la relación con la diáspora colombiana. Aunque se reconoce su trayectoria en temas migratorios, el relevo ha sido interpretado por varios sectores como un movimiento político que deja vacíos en la articulación diplomática con uno de los principales aliados estratégicos del país.Frente a esta situación, la canciller ha dado instrucciones a su equipo para garantizar que la experticia de Ávila no se pierda porque el ministerio de Relaciones Exteriores reconoce que la relación con Estados Unidos es una prioridad absoluta en el actual contexto geopolítico y económico.Según fuentes de la Cancillería desde la llegada de Sarabia se ha promovido una visión técnica y estratégica de la política exterior, buscando fortalecer capacidades internas y blindar las relaciones diplomáticas de vaivenes políticos. Por esa razón, se está trabajando para que Ávila pueda seguir aportando desde un nuevo rol, que le permita continuar liderando procesos clave en la agenda bilateral con Washington.La mayor preocupación es que en este momento las relaciones con Estados Unidos atraviesan desafíos cruciales. Por ahora, la Cancillería no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el motivo de la decisión, pero fuentes cercanas aseguran que se están evaluando mecanismos para mantener la experiencia de Ávila vinculada a los temas estratégicos.

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