Quememos el manual: el aprendizaje real empieza donde termina la instrucción

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Algo no encaja. Llevamos siglos perfeccionando un sistema educativo que premia la obediencia y penaliza la imaginación. Y luego nos sorprendemos de formar generaciones que tienen miedo de pensar diferente. Seguimos enseñando como si el mundo fuera un examen de opción múltiple, cuando en realidad es un lienzo en blanco esperando ser reinventado.Hoy formamos profesionales que saben seguir instrucciones al pie de la letra, pero no saben qué hacer cuando no hay instrucciones. Les damos manuales para el éxito en un mundo donde el éxito ya no se fabrica en serie. Y lo más grave: les enseñamos a temer el error, justo cuando más necesitamos que se atrevan a cometerlos.Ahora, además, ha llegado la inteligencia artificial. Una tecnología capaz de memorizar, optimizar y predecir mucho mejor que nosotros. ¿Y aún creemos que nuestro valor está en repetir fórmulas?, ¿que nuestro futuro está en ser mejores autómatas que las propias máquinas?La IA no va a reemplazar la imaginación humana. Va a reemplazar a quienes fueron entrenados para no imaginar. El futuro no pertenece a los obedientes. No pertenecerá a quienes memoricen frameworks ni a quienes coleccionen certificaciones. El futuro será de los disidentes creativos: los que dudan, los que exploran, los que se caen y se levantan con una mejor pregunta en los labios.Porque la verdad incómoda es esta: el error no es una falla del sistema educativo, es su mayor oportunidad. Cada equivocación es un portal a una nueva posibilidad. Pero para abrirlo, primero tenemos que dejar de fabricar estudiantes en serie y empezar a liberar exploradores.Hoy más que nunca, no solo tenemos que repensar cómo aprendemos. Tenemos que repensar el sistema mismo. ¿Para qué educamos?, ¿para sostener estructuras obsoletas?, ¿o para diseñar mundos que aún no existen?Resiliencia y curiosidad. No hay mejores armas de poder. No se enseñan, se despiertan, se alimentan. Se celebran. Educar ya no puede ser preparar a las personas para encajar. Tiene que ser enseñarles a transformar.Porque en la época en que los sistemas colapsan y la IA acelera el cambio, adaptarse no es suficiente: necesitamos atrevernos a rediseñar la realidad misma. Quememos el manual. Encendamos la imaginación. El futuro no pertenece a quienes dominan sistemas. Pertenece a quienes se atreven a reinventarlos.Natalia Jiménez Aristizábal, CEO de Lulo X

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