Así fue la cita del papa Francisco con la “reina”: el custodio del cuadro de la Virgen de Chiquinquirá recuerda ese memorable instante

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“Recuerdo que llegó una solicitud del santo padre y los obispos la pasaron a la comunidad (dominicos), y es que el padre quería encontrarse con el lienzo de la reina de Colombia, pero debido al poco tiempo de la visita, no alcanzaría a ir a Chiquinquirá”, esto es lo que cuenta fray Nelson Novoa Jiménez, custodio del cuadro de la Virgen de Chiquinquirá al tener el reto de cumplir —junto con los cuidadores del cuadro— la cita más importante para el papa Francisco en el país durante su visita en septiembre de 2017.Novoa, quien es el prior del convento de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, tuvo la ardua tarea de organizar todo lo que implicaría dicho encuentro. Comentó en diálogo para SEMANA cómo fue ese paso a paso en el que todo salió perfecto. Un momento imborrable no solo para él, sino para los colombianos que pudieron visitar el cuadro en la Catedral Primada de Bogotá.Este es un recuerdo del que ya se cumplen ocho años y que hoy —más que nunca— se revive tras la muerte del papa Francisco, quien falleció este 21 de abril en la madrugada, dejando a la Iglesia católica sin su líder espiritual. También es un momento imborrable porque el fray cuenta que, a finales de 2016, cuando fue nombrado prior, lo llamó su superior para comentarle la hazaña que estarían por hacer: llevar el cuadro de la Virgen hasta Bogotá, pero ¿cómo lo harían?, ¿quién los ayudaría?, y ¿cómo en tan poco tiempo?“Para nosotros fue —primero que todo— una gran alegría, una sorpresa, pero venía todo ese tema enorme de la logística que implica, precisamente, llevar este lienzo sagrado. Y por eso nos tuvimos que poner en movimiento, contactarnos con personas expertas en temas de restauración, de cuidado de arte, para que nos aconsejaran sobre cuál sería la mejor manera de trasladar el cuadro sin que sufriera”, dijo Novoa.Para el prior y los custodios era claro que llevarlo por carretera, desde tierras boyacenses hasta la capital, era un trabajo imposible, porque “implicaría un desgaste muy grande para el cuadro. Aún renovado milagrosamente, no deja de ser un lienzo hecho con una tela burda y que está puesto sobre una madera también burda, porque ahí fue donde se renovó y eso no se ha tocado”.Pero teniendo como meta que el santo padre hiciera su oración frente a la “reina de Colombia”, se dieron a la tarea de reunirse con expertos que manejaran el tema del traslado, hasta que surgió la idea de llevarlo en helicóptero.“Creo que es el M60 o M16, no recuerdo muy bien. Y bueno, viene ahora el tema de cómo vamos a hacer para trasladar el lienzo en este tipo de nave. Ya algunas empresas, algunas personas particulares, comienzan a ofrecerse, comienzan a llamarnos, comienzan a pedirnos que se les permita hacer la logística”, comentó Novoa, y la escogida fue la empresa de mensajería Servientrega.“Un trabajo a nivel logístico, impecable, impecable. De ese modo pudimos llevar el lienzo a Bogotá, a la Catedral Primada, donde fue visitado no solamente por el papa, sino también por miles y miles de personas que durante esos días peregrinaron, hasta que finalmente el papa es el que va a visitar el lienzo. Hace su oración frente al lienzo y después dirige unas palabras de consuelo que confortan para nuestro pueblo católico”, dijo fray Novoa.Y es que desde el minuto cero, todo fue transmitido por los medios nacionales, que no le perdieron el paso a paso al traslado del cuadro, mientras que los colombianos —en tierra, desde sus televisores o por radio y redes sociales— observaban cómo el lienzo realizaba este icónico traslado por los aires en una caja de madera especial, sostenida por arnés y redes; viaje en el que también iba fray Novoa.El lienzo mide aproximadamente 1,25 metros de ancho por 1,19 metros de alto y pesa alrededor de media tonelada, por eso la seguridad y el embalaje debían ser especiales. El cuadro original se hizo en 1562 y es custodiado en la basílica de Chiquinquirá por los dominicos.Novoa confiesa que en este proceso hubo temores ante lo complicada que era la logística, en especial por su llegada a Bogotá: “Cómo iba a salir, cómo se iba a llevar, que ante todo no se llevara como una mercancía más, sino realmente como lo que es, como un lienzo sagrado de la reina de Colombia”.“También nos preocupaba en Bogotá, pues a veces han ocurrido situaciones de violencia contra las cosas sagradas. Nos preocupaba que de pronto en la catedral llegara a ocurrir algún tipo de violencia contra el lienzo, pero gracias a Dios eso no ocurrió”, comentó.Y, respecto al cuidado, contó que los frailes estuvieron 24 horas monitoreando el cuadro para que nada le pasara, que llegara a buen puerto y que por fin Francisco viera a la Virgen el 7 de septiembre de 2017 en la catedral.El registro de ese momento fue icónico y el papa, al ver el cuadro, levantó su mirada hacia la Virgen, hizo una oración —en su instante más privado e íntimo durante su visita al país— y colgó un rosario en una de sus esquinas.“Gracias a Dios, de verdad, fueron siete días que estuvimos allá en Bogotá y, antes de la visita del papa, toda la gente…, o sea, fueron miles de personas las que visitaron a nuestra señora. Fue muy lindo”, manifestó el fray, quien también indicó que el primer pontífice en visitar el cuadro fue Juan Pablo II durante su viaje al país en la década de los ochenta.Ante la posibilidad de que el cuadro vuelva a hacer un periplo así en el futuro, Novoa señaló: “Si se da la oportunidad de volver nuevamente en helicóptero, creo que lo podríamos hacer. Ya miraríamos los momentos, las situaciones. El lienzo ha salido muchas veces de Chiquinquirá y en momentos muy críticos y difíciles de la historia de Colombia, cuando hubo una peste de viruela aquí por Tunja, por toda la región”.El prior de Chiquinquirá también recordó al obispo de Roma como “un hombre que supo llevar en su vida un mensaje evangélico muy pertinente, sobre todo para con los que sufren, para los excluidos, para el caso de nosotros como comunidades religiosas, como sacerdotes, aun cuando en algunas ocasiones eso nos hubiera podido molestar. El papa Francisco, sin duda, hizo un gran trabajo, que fue el de buscar la purificación del clero, de tratar que el clero sea lo que tiene que ser”.

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