Más allá del reconocimiento, del personaje que lo hizo icónico o de los reflectores de la televisión y el cine, Andrés Parra encontró un propósito. Uno distinto, uno que nació de la vulnerabilidad y del dolor, y que transformó en una experiencia catártica para él y para miles de personas. En Venga que sí es pa’ eso, su espectáculo unipersonal, el actor colombiano se desviste frente al público, no con disfraces ni personajes, sino con su historia real, sus heridas y su risa más honesta.