Aurelio Suárez

El Gobierno de “el cambio” está a punto de entregar el aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá por otros 30 años al concesionario que lo opera actualmente, Opaín-Odinsa, del Grupo Argos, en sociedad con el fondo de capital extranjero Macquarie, con el que lo está también en el Mariscal Sucre de Quito. Aspiran a agregarse la operación de las pistas y de la terminal de El Dorado, que les retornaría $1,6 billones más al año y cuya gestión cuesta menos de $300.000 millones, un sobrante enorme de $1,3 billones anuales, cifra casi igual al presupuesto de funcionamiento de la Aerocivil.

Pasaron más de 22 años para confirmar uno de los peores horrores del conflicto armado colombiano: la desaparición e inhumación de personas en La Escombrera, un vertedero de desechos de construcción, de propiedad de una firma constructora, ubicado en la comuna 13 de Medellín. En 2002, la ciudad vivió episodios de confrontación armada en los que se enfrentaron, por el control territorial, guerrillas, paramilitares y Fuerzas Armadas del Estado.