La Antártida es un lugar que fascina a exploradores curiosos de todo el mundo, con sus paisajes helados y su diversidad de especies animales, como los pingüinos, ballenas y focas, lo vuelven un destino propicio para todo aquel que quiera conocer una parte del mundo bastante excéntrica. Aun con esto, los aviones comerciales prefieren evitar la zona por una serie de factores que dificultan el espacio aéreo, como lo son los climas extremos, la ausencia de aeropuertos equipados y regulaciones estrictas. A diferencia del ártico, que se sobrevuela con más frecuencia. La zona es ampliamente conocida por sus climas fríos que pueden batir récords negativos, originando condiciones que imposibilitan una buena visibilidad que complican la navegación y hacen que el riesgo de volar se eleve. Además, la zona tampoco cuenta con instalaciones de apoyo aéreo, así que, en caso de una emergencia médica o un desperfecto técnico, no habría un lugar habilitado para recibir aviones comerciales. Estas condiciones hacen que muchas aerolíneas prefieran optar por rutas más seguras que no atraviesen el continente ártico. El aeródromo con mantenimiento calificado queda a miles de kilómetros de la Antártida, haciendo que muchos modelos de aeronave no puedan sobrevolar la región sin presentar dificultades. Además, el lugar cuenta con un campo magnético complejo, que puede interferir en la navegación y los instrumentos a bordo y puede causar interferencias en los sistemas de navegación basados en satélites, como el GPS, y las brújulas magnéticas se vuelven ineficaces. Siendo un escenario poco propicio para el vuelto comercial, algunos aviones especializados en operaciones científicas o militares de carácter privado se aventuran contantemente en la Antártida. Estas misiones cuentan con equipos diseñados para enfrentar temperaturas extremadamente bajas y tormentas repentinas.En la Antártida, no existen vuelos comerciales regulares como en otros continentes. La mayoría de los viajes a la Antártida se realizan en barco, especialmente cruceros que salen desde Sudamérica, como Argentina o Chile.Anteriormente, hubo ocasiones en las que vuelos comerciales volaron la Antártida, pero fueron casos excepcionales o especiales diseñados para propósitos específicos.En los años 70, hubo vuelos turísticos hacía y sobre la Antártida, principalmente organizados por aerolíneas de Australia y Nueva Zelanda, de acuerdo con Aviation Group. Estos vuelos no aterrizaron en la Antártida, sino que sobrevolaron diferentes partes del continente, permitiendo a los pasajeros ver el paisaje antártico desde el aire. Estos vuelos solían durar alrededor de 12 horas, con varias horas dedicadas a sobrevolar el lugar. Con todo esto, el turismo masivo sigue sin ser una opción viable. Las diferentes regulaciones, la ausencia de infraestructura, la necesidad de abastecimiento y las difíciles condiciones climáticas impiden una correcta circulación del espacio aéreo.
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