Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom, está moviendo cielo y tierra para quedar en libertad antes de terminar 2025. SEMANA revela los movimientos del cabecilla histórico de la Oficina de Envigado y pieza clave en las negociaciones de paz que impulsa el presidente Gustavo Petro con las organizaciones criminales más temidas del Valle de Aburrá.Él paga una condena de 16 años por los delitos de concierto para delinquir agravado, porte de arma de fuego de uso restrictivo de las fuerzas armadas, lavado de activos y falsedad material en documento público. Las pruebas indican que él lideró a los Chatas, “una organización que extendió su dominio en el norte del área metropolitana de Medellín y en los municipios aledaños con el fin de cometer varias conductas delictivas, entre ellas homicidios, extorsión, desplazamiento forzado, tráfico de estupefacientes, entre otros”, se lee en la decisión judicial que lo llevó a la cárcel en 2018.Aunque alias Tom está detrás de las rejas, los elementos probatorios recopilados por la Policía y la Fiscalía indican que sigue sentado en la mesa que direcciona el crimen en Antioquia. Primero lo hizo desde un pabellón de La Picota de Bogotá, y ahora lo hace desde la cárcel de La Paz, en Itagüí, a donde fue trasladado por petición de la Casa de Nariño para agruparlo con el resto de los delincuentes que lideran las estructuras ilegales de la ciudad, con miras a buscar la transición a la legalidad.En el nuevo grupo ilegal que comanda, mezcló a los Chatas, el Mesa, Caicedo y la Unión, y es el responsable de múltiples crímenes cometidos en el departamento, de la mano de alias el Montañero, quien ya goza de libertad: colonizó los mercados ilegales en dos subregiones y su principal objetivo es traficar estupefacientes a gran escala. Además, sus hombres son responsabilizados de cobrar extorsiones masivamente, desplazar personas y de asesinar a todo aquel que afecte sus ingresos económicos. Alias Tom libra una guerra a sangre y fuego con el Clan del Golfo por el control territorial.Uno de los funcionarios de la Fiscalía que lo persiguió durante años contó a SEMANA, bajo reserva, la gravedad de su prontuario: “Él es el jefe principal y el articulador de toda la Oficina de Envigado. Sigue controlando todo desde allá y manejando todas las alianzas entre los grupos. Si alguna persona de una estructura criminal de otra región necesita hacer algo en Medellín, debe coordinarlo con alias Tom”.Paralelamente, alias Tom está conversando desde prisión con el Gobierno Petro, buscando beneficios judiciales para él y sus hombres. En la mesa de diálogo lo acompañan otros delincuentes de alta peligrosidad: alias Albert, de los Pachelly; alias Douglas, de la Terraza, y alias Pesebre, de Robledo, entre otros. La vocería del Ejecutivo la tiene la senadora Isabel Cristina Zuleta, del Pacto Histórico, quien ha sido cuestionada y denunciada por las decisiones que estaría tomando.Libertad condicionalLa búsqueda de la libertad condicional de Juan Carlos Mesa Vallejo comenzó en mayo de este año, cuando su abogada de cabecera le pidió al Juzgado Octavo de Ejecución de Penas y Medidas de Aseguramiento de Medellín considerar que ya había pagado las tres quintas partes de la condena, y resaltó que el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) daba cuenta de una buena conducta. “Esto nos indica entonces que, hoy por hoy, ya no existe la necesidad de continuar la ejecución de la pena en el establecimiento carcelario”, dijo la defensora ante el juez.Otro de los argumentos del equipo que respalda a alias Tom es que su aparente buen comportamiento frente a la sociedad es fidedigno “en demostrar que el señor ya está preparado para su reinserción en la sociedad, cumpliéndose así los fines de la pena”. Sin embargo, otro es el argumento de las autoridades: él tendría en sus manos el liderazgo compartido del Mesa, una de las estructuras criminales que podría llegar a ser considerada en el futuro como un grupo armado organizado por su exponencial crecimiento, según expertos en seguridad urbana de Medellín.Al valorar los requisitos, el juez confirmó que ya alcanzó las terceras quintas partes de la sanción y reiteró que el Inpec dio tranquilidad sobre sus actitudes: “A partir del primero de enero de 2023, el sentenciado ha obtenido una calificación en grado buena y ejemplar, de lo que se concluye que ha tenido buen comportamiento en el centro de reclusión”, y se reveló que desde febrero de este año, alias Tom fue ubicado en la fase de mínima seguridad dentro del penal.Aunque el juzgado valoró los avances en su conducta, negó la libertad condicional porque consideró que Mesa Vallejo “no está listo para convivir en sociedad, con acatamiento de las normas y respeto a la comunidad a la que pertenece”, y se justificó en la complejidad de los delitos que cometió: “Afectó gravemente la seguridad pública, pues la organización criminal que lideraba, constantemente colocaba en zozobra a la comunidad en general, en tanto dicha estructura criminal portaba armas de fuego y atentaba contra la integridad y la vida de la población; participaba en el negocio del narcotráfico, pues se disputaba el territorio para la comercialización de dichos alucinógenos, colocando en riesgo la seguridad de consumidores”.Segunda instanciaLa abogada de alias Tom refutó los argumentos del juez y apeló la decisión, insistiendo en la necesidad de que se le asigne la libertad condicional: “El juez de conocimiento no realizó un pronunciamiento categórico sobre un supuesto rol de liderazgo, ni estableció de manera inequívoca que el señor Mesa Vallejo fungiera como jefe de la estructura criminal denominada los Chatas (…)”. La decisión final la tendrá el Juzgado Quinto Penal del Circuito Especializado de Medellín.La posibilidad de que este delincuente reciba un beneficio judicial tiene en alarma a las autoridades de la capital de Antioquia, pues las investigaciones demostrarían que él sigue infringiendo la ley desde la prisión con el control de la segunda estructura criminal más peligrosa del departamento, después del Clan del Golfo, que domina más del 50 por ciento de los municipios.El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa, encendió las alarmas: “Se trata de unos criminales más poderosos en la historia reciente que ha tenido el crimen del Valle de Aburrá. Lo que uno ve es que, mientras unos hablan de paz, otros tratan de pasar desapercibidos esperando que, mediante un beneficio jurídico, puedan volver al ruedo de la criminalidad. ¿Sí se compadecen las penas que están teniendo estos tipos con lo que realmente representan para la sociedad?”.La misma preocupación manifestó Andrés Tobón, exsecretario de Seguridad de Medellín y concejal de Creemos: “Se trata de uno de los criminales con mayor poder acumulado sobre estructuras que ha tenido la historia reciente de Medellín; responsable en su momento de más de 22 confrontaciones criminales que se presentaron en Medellín entre los años 2017 y 2018, en un momento crítico de lucha entre diferentes estructuras”.La preocupación de la Alcaldía de Medellín es que, posiblemente, en cascada, los cabecillas que se aproximan a cumplir la mayoría de sus condenas van a comenzar a pedir la libertad condicional, con miras a seguir en la criminalidad. Está en juego el liderazgo y la operación de diez grupos de alta peligrosidad, que le prometen al Gobierno una transición a la legalidad.
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