Los desafíos del Centro Democrático de cara a las elecciones del 2026, tras la condena contra el expresidente Álvaro Uribe

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La condena contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez a 12 años de cárcel por soborno y fraude procesal patea el tablero electoral de 2026, polariza aún más la campaña presidencial y genera enormes desafíos para el Centro Democrático, el partido político del exmandatario.En la colectividad hay una estrategia diseñada exclusivamente en las redes sociales con la que se pretende insistir con argumentos jurídicos y técnicos en la inocencia del expresidente, al menos mientras el Tribunal Superior de Bogotá, que definirá la segunda instancia, confirma o tumba el fallo conocido este viernes.Habrá una campaña internacional liderada por los precandidatos presidenciales con el objetivo de mostrarle al mundo lo que consideran fue un fallo político, más no judicial contra su líder natural.“Iniciaremos una gira por Estados Unidos y Europa para pedir apoyo para el presidente”, anunció la precandidata Paloma Valencia. Ella, por ejemplo, está en Madrid y este viernes estuvo acompañada de Leopoldo López, el opositor del régimen de Nicolás Maduro. Los uribistas acudirán a los plantones y las movilizaciones para defender a Uribe. El 7 de agosto contemplan una gran marcha por las principales ciudades del país, en la que insistirán en la inocencia de su jefe político. “Estamos listos para defender la honorabilidad del presidente”, afirmó el representante Juan Espinal. El director del partido, Gabriel Jaime Vallejo, explicó que el objetivo es que, tras el sismo que sacudió al corazón de su colectividad, se sensibilice a los colombianos y la condena contra Uribe no se convierta en flor de un día, es decir, que pasadas las semanas los colombianos no vuelvan a hablar del tema.El Centro Democrático enfrenta grandes desafíos tras la privación de la libertad de Uribe. El más urgente es potencializar el discurso que apunta a que el fallo fue político y de cara a las elecciones de 2026. Buscarán demostrar cómo la jueza 44 del Circuito, Sandra Heredia, privó de la libertad a un exmandatario que, como ella lo reconoció en la audiencia del lunes 28 de julio, se presentó a todas las diligencias judiciales, que no sale de Colombia con frecuencia, no representa un peligro para la sociedad y no tiene hoy el poder para alterar las pruebas en un proceso que en total superó los siete años.Tomás Uribe Moreno, el hijo del presidente, pidió ejercer vigilancia e investigar la autoría de la sentencia proferida por la jueza. Este viernes, mientras la jueza revelaba el tiempo de condena contra su padre, Tomás hizo una denuncia sobre el documento: “Los metadatos muestran que solo transcurrió un minuto y 11 segundos entre la creación y la edición”.El hijo de Uribe dijo que era imposible que la jueza haya escrito 1.115 páginas en 15 días. “¿Participaron el magistrado César Reyes o el ministro de Justicia de Gustavo Petro, Eduardo Montealegre, en la elaboración de la sentencia?”. “¿Mantuvieron contacto con la juez Sandra Heredia o mantienen contacto con jueces de otras instancias relevantes para el proceso?”, se preguntó Tomás.El uribismo también agudizará el discurso contra el senador Iván Cepeda, el principal denunciante contra Uribe, sus intenciones presidenciales en 2026, y hablará de su supuesta relación con las Farc. El partido le achaca a Cepeda su cercanía con el grupo armado que se desmovilizó en el Gobierno de Juan Manuel Santos. Uribe es el expresidente que más combatió a las Farc, y la izquierda –según el uribismo– le está pasando una factura al exmandatario. El Centro Democrático tendrá que tomar decisiones urgentes a comienzos de la próxima semana.Lo más probable es que el expresidente se traslade hasta su hacienda El Ubérrimo, a pocos minutos de Montería, Córdoba, y desde allí cumpla su pena, al menos mientras el abogado Jaime Granados radica la acción de tutela y busca tumbar la medida de la jueza Sandra Heredia. Uribe –quien podría terminar despertando la solidaridad de un sector de los colombianos que no entiende cómo está privado de su libertad, mientras las Farc, a las que combatió, legislan en el Congreso–, permanecerá encerrado en su hacienda en los próximos meses, sin poder recorrer las regiones y hablar con las personas que lo han respaldado durante años. Eso, sin duda, es un golpe certero a los precandidatos presidenciales del Centro Democrático.Una cosa es que sus precandidatos en las calles abrazados con Uribe, y otra distinta es que María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Paola Holguín y Andrés Guerra recorran las regiones por su cuenta. Los cuatro, aunque son reconocidos senadores de oposición, no tienen el poder de convocatoria de un político como Uribe.“No será nada fácil hacer el proceso político sin el líder natural”, le reconoció a SEMANA el precandidato Andrés Guerra. Como si fuera poco, Miguel Uribe Turbay, el precandidato que punteaba en las encuestas para elegir al candidato del uribismo, sigue luchando por su vida en la Fundación Santa Fe de Bogotá, tras el atentado en su contra hace casi dos meses.¿Qué harán los precandidatos? “Nuestra obligación es continuar trabajando para que cada colombiano y la comunidad internacional entienda lo que ha sucedido a lo largo del injusto proceso contra el expresidente. Respetamos la institucionalidad, pero estamos seguros de la inocencia de Uribe y vamos a luchar por ella. También tenemos el reto de continuar trabajando por Colombia, como lo pidió él”, respondió la precandidata Paola Holguín.El Centro Democrático tiene que salir de sus dos bloqueos, le dijo a SEMANA el exprecandidato presidencial Rafael Nieto. Uno de ellos, el atentado contra Miguel Uribe Turbay; el otro, el encierro del expresidente. Por ahora, Uribe seguirá siendo el líder natural del partido, así esté privado de su libertad. Es poco probable que una figura asuma las banderas del uribismo porque no hay un perfil que lo reemplace. En agosto de 2020, cuando la Sala de Instrucción de la Corte Suprema lo privó de su libertad por esta misma investigación, Óscar Iván Zuluaga tomó las banderas. Hoy está procesado penalmente por haber recibido dineros de Odebrecht para financiar su campaña presidencial en 2014. El golpe al Centro Democrático es muy reciente para pensar en sustitutos. Tomás Uribe Moreno, el hijo mayor del presidente, asumirá un papel más protagónico y ejercerá un mayor liderazgo, al menos, mientras su padre esté centrado en su defensa. Por lo pronto, los cuatro precandidatos, quienes tendrán que mezclar el discurso de defensa al exmandatario con los temas del país, enfrentarán una nueva y compleja coyuntura.

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