Thaddeus Daniel Pierce nació el pasado 26 de julio en el estado de Ohio, en Estados Unidos, tras ser gestado a partir de un embrión que había sido criopreservado en mayo de 1994.Su nacimiento marca un gran avance en el marco de la reproducción asistida, ya que se trata del embrión humano viable más antiguo conocido, que ha dado lugar a un nacimiento.La historia del ‘bebé más viejo del mundo’El proceso de conservación celular se inició en los años noventa, en el momento en que una mujer de Oregón llamada Linda Archerd, decidió someterse a una fecundación in vitro, tras seis años de no haber podido quedar embarazada.En 1994 se crearon 4 embriones, uno de los cuales fue implantado y dio como resultado el nacimiento de una niña.Pero los otros 3 quedaron congelados desde esa fecha, conservados en nitrógeno líquido y almacenados en un tanque.Años después, la mujer se divorció, pero nunca dejó de custodiar a sus “tres pequeñas esperanzas”, como ella misma las llamaba, pese al alto costo que esto podía implicar. Según su testimonio, superaban los mil dólares anuales.Cuando llegó a la menopausia, Archerd descartó la idea de volver a ser mamá, pero no quería ni deshacerse de los embriones ni donarlos para la investigación.Así fue como decidió contactarse con el programa de adopción de embriones que ofrece la agencia Nightlight Christian Adoptions, a través de su iniciativa Snowflakes.¿En qué consiste el programa de adopción de embriones?A través de este tipo de alternativa, podría encontrar y conocer a una familia alternativa a su bebé. Además, permite a los donantes tener criterios de selección sobre el tipo de hogar que esperarían tener para sus hijos.Archerd expresó su preferencia por una pareja casada, cristiana, residente en Estados Unidos y de perfil caucásico. “Ser cristiana es muy importante para mí, porque lo soy”, explicó. El proceso de emparejamiento concluyó en 2022 con la selección de Tim y Lindsey Pierce, quienes viven en Ohio.Tras completar los trámites legales y médicos, el embrión fue transferido con éxito al útero de Lindsey Pierce, quien dio a luz el 26 de julio. “Tuvimos un parto difícil, pero ahora ambos estamos bien”, declaró Lindsey a MIT Technology Review.En declaraciones para la revista del MIT, John Gordon, director de la clínica de fertilidad a la que acudieron los Pierce para ser padres, señaló: “Todo embrión merece una oportunidad de vida, y el único embrión que no puede dar lugar a un bebé sano es aquel al que no se le da la oportunidad de ser transferido a una paciente”.El caso de un bebé nacido a través de un embrión congelado en los años noventa no solo sorprende al mundo por su singularidad, sino que es una muestra más del potencial de la ciencia reproductiva para ofrecer soluciones a largo plazo, a quienes tienen dificultad en concebir un bebé.Con avances continuos en criopreservación y tecnología embrionaria, este tipo de nacimientos podrán volverse cada vez más comunes, ampliando los horizontes de la planificación familiar.
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