Investigadores del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), a través del proyecto de investigación Hacia el corazón del galeón San José, descubrieron uno de los secretos mejor guardados durante siglos: la fecha exacta del naufragio y la procedencia de parte del millonario tesoro que guarda la embarcación.En 2015, el gobierno colombiano había localizado el naufragio, pero la fecha del naufragio había sido establecida a través de fuentes históricas que indicaban que el galeón había sido hundido frente a las costas de Colombia durante una batalla con los británicos en 1708, cuando transportaba un tesoro abundante y variado.“Sin embargo, hasta 2015, nunca se habían encontrado restos físicos del barco y se desconocía su ubicación”, publicó la revista Antiquity, una revista del mundo de la arqueología propiedad de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido.Sin embargo, Daniela Vargas Ariza, Antonio Jaramillo Arango, Jesús Alberto Aldana Mendoza, Carlos Del Cairo Hurtado y Juan David Sarmiento Rodríguez, investigadores del ICANH lograron lo que nunca nadie antes había alcanzado: “desentrañar las características de las monedas hallados en el contexto arqueológico del Galeón San José”, lo que “contribuye a determinar la edad y la procedencia del naufragio”.Lo primero que hicieron fue usar registros gráficos, procesar datos y usar la fotogrametría para hacer una reconstrucción tridimensional del naufragio, “lo que resultó en levantamientos planimétricos y georreferenciados, que incluyen ortofotomosaicos, un modelo digital de elevación y planos arqueológicos”, dice el artículo de la Antiquity.Después, crearon réplicas digitales de alta precisión del contexto arqueológico, en el lecho marino, lo que les brindó a los investigadores una poderosa herramienta de análisis.Esto les permitió identificar los patrones en la distribución de los materiales, “como artefactos, carga y restos estructurales, así como características diagnósticas que ayudan a datar elementos individuales”, señala la publicación.Lo que hallaron fue sorprendente: “En primer lugar, establece un marco temporal: el hundimiento debió ocurrir después de 1707, año de acuñación de las monedas”, dice Antiquity.Las monedas estudiadas tienen “un diámetro promedio de 32,5 mm y probablemente pesan alrededor de 27 g, el anverso presenta una variante de la Cruz de Jerusalén con el Escudo Cuartelado de Castillos y Leones (símbolo de Castilla y León) dentro de un borde punteado y en el reverso, el diseño central está compuesto por las Columnas Coronadas de Hércules sobre las olas del mar”, describe el estudio. “El diseño de las olas sirve como elemento identificativo para las monedas de la Casa de la Moneda de Lima”, asegura.“Entre los pilares de su parte superior se pueden observar varios símbolos: una ‘L’ referente a Lima, sede de la Casa de la Moneda, el número ‘8’ representando la denominación en escudos (el valor más alto en la época), y una ‘H’ que era la marca de Francisco de Hurtado, el Ensayador Mayor en 1707”, agrega.También encontraron que “en la parte central de los pilares, se pueden ver tres letras «PVA» que marcan la expresión «Plus Ultra» o «Más allá» en latín. Este lema se utilizó en las monedas como referencia a la expansión de la monarquía española en el Atlántico”.Además, “el año de acuñación está representado por tres dígitos (707, que significa 1707) en la parte inferior de los pilares. Las letras que rodean los pilares no se pueden distinguir claramente en las imágenes, pero en otras monedas del mismo año y acuñación, estas hacen referencia al rey Felipe V, el primer borbón al frente de la monarquía española. La mayoría de las monedas de oro de este período provienen de naufragios”, indica la investigación.Con datos como estos, lograron determinar a ciencia cierta la fecha del naufragio, después de 1707 y la ruta que seguía el Galeón San José: “A finales de 1707, comerciantes y funcionarios peruanos viajaron a Puerto Perico, en la costa del Pacífico de Panamá, donde todos los bienes y personas fueron transportados por tierra a Portobello, en la costa caribeña. Allí se encontraron con la Flota de Tierra Firme, comandada por el Galeón San José, que tenía el monopolio exclusivo del transporte de tesoros reales entre Sudamérica y la Península Ibérica. Tras la feria de Portobello, el San José partió hacia Cartagena, transportando mercancías y metales, incluyendo las monedas de 8 escudos”.Es decir, parte del tesoro de San José provenía del Perú, de las minas de oro, principalmente en Puno y Huamanga.Los resultados de esta investigación, que también permitió identificar inscripciones en los cañones y la presencia de porcelana china, del período Kangxi entre los años 1662-1722, fueron publicadas en esa prestigiosa revista.Y para los académicos del ICANH “representa una oportunidad excepcional para explorar un sitio arqueológico subacuático y profundizar nuestra comprensión del comercio y las rutas marítimas coloniales. Sin embargo, representa solo el primer paso de un proyecto a largo plazo”.La investigación, aclaran, fue realizada con recursos del Ministerio de las Culturas, el Ministerio de Defensa, la Armada Nacional de Colombia, la Dirección General Marítima y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
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