César Jiménez Flechas

La Armada Nacional hizo una incisión profunda en su cuerpo de oficiales de Marina para tratar de extirpar un cáncer. Allí descubrió a un grupo de uniformados que creó su propio cartel de drogas, forjó alianzas criminales con otras redes de narcotráfico, diseñó narcorrutas y vendió información reservada a otros traficantes. Un auténtico cartel.Un informe de contrainteligencia de la Armada puso en evidencia una trama de espionaje, corrupción, música, traición y drogas.

Sneyder Pinilla, exsubdirector de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), está por convertirse en el primer condenado en este escándalo de corrupción y fue gracias a su proceso de colaboración con la Fiscalía. Pinilla se encargó de revelar información: nombres, datos, chats, documentos y fechas de quienes estaban vinculados a este caso de corrupción.La Fiscalía advirtió que el exfuncionario fue el primero en arrodillarse, confesar y pedir perdón por el escándalo de corrupción.

El escándalo de corrupción en la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) está por conocer a su primer condenado y será, de avanzar las audiencias, Sneyder Pinilla, el exsubdirector de la entidad. Pinilla metió las manos, los brazos y todo el cuerpo en el lodazal en que se convirtió este escándalo en la UNGRD y que además enterró a otra docena de personas, entre funcionarios y contratistas. Millonarios recursos que estaban destinados a calmar la sed de los niños en La Guajira terminaron en una caja menor para llenar de sobornos a congresistas.

Sneyder Pinilla, exsubdirector de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), se arrodilló, confesó y pidió perdón por el escándalo de corrupción. Ahora está por convertirse en el primer condenado, después de que una juez estudie y acepte la negociación entre la Fiscalía y el procesado. Pinilla será condenado a la pena de prisión de cinco años, 8 meses y un día en la cárcel. Así quedó en el acuerdo firmado y presentado ante la juez 10 especializada de Bogotá, las víctimas y el país.

El fallecido cabecilla del Cartel de Cali, Hélmer Francisco Herrera Buitrago, conocido como Pacho Herrera, tenía oculto un multimillonario predio que adquirió a través de una empresa fachada en 1992, hace más de 33 años y que la Fiscalía logró identificar, para ocuparlo con fines de extinción de dominio.El predio tenía una extensión de un millón de metros cuadrados y fue desenglobado en más de 137 lotes, que pasaron a una fiducia con la colaboración de un político que, al mismo tiempo, se convirtió en su testaferro.

Las imágenes que encontró la Fiscalía en un matadero clandestino de la localidad de Suba, en Bogotá, fueron asquerosas y derivaron de forma inmediata en una investigación que estuvo a cargo del grupo Gelma, con la captura de tres personas, todas relacionadas con el matadero.Los vecinos de la localidad de Suba estaban convencidos de que los bajos precios en una carpa, que hacía las veces de expendio de carne, estaban relacionados con alguna ganancia en la canasta familiar, un beneficio sin explicación, pero la realidad era otra: Un matadero clandestino.“En un inmueble del sector de Fontanar

Un coronel de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) de Colombia, identificado como Felipe Andrés Peñarredonda, fue capturado en la ciudad de Santa Marta— de acuerdo con versiones de la Fiscalía— por integrar, presuntamente, un grupo criminal que estafaba a personas con bienes raíces y evadía el pago de impuestos.El oficial activo de la Fuerza Aérea fue capturado por orden de un juez de control de garantías y tras una solicitud de la Fiscalía, luego de recibir más de 16 denuncias que advertían hechos irregulares en la comercialización de bienes raíces en la ciudad de Santa Marta.