César Jiménez Flechas

Cuando se destapó el entramado de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), saltaron algunos nombres que ahora son protagonistas en la investigación, entre ellos el de Luis Eduardo López, el famoso contratista de los carrotanques. López se acercó a la Fiscalía para advertir que quería colaborar con la justicia a cambio de asumir por completo la responsabilidad en estos hechos y, de paso, excluir a sus allegados de todo el entramado de corrupción. Esto, para recibir beneficios por colaboración.

En la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y Desastres (UNGRD) convirtieron cada emergencia en el país en una posibilidad de negocio. La Fiscalía reveló detalles de este escándalo mientras explicaba la dinámica que llevó a la entidad, responsable de anticiparse a los desastres, a ser considerada una “empresa criminal”, donde un grupo de funcionarios fungieron de cabecillas.Para la Fiscalía es claro que la UNGRD terminó sumergida en una maraña corrupta, como nunca en la historia del país.

En un barrio de la localidad de Puente Aranda, en Bogotá, un grupo de jóvenes montaron un emprendimiento criminal, un “Breaking Bad” criollo donde lograron constituir, en varias bodegas, una especie de centro de distribución de narcóticos y del que se ufanaban por redes sociales, hasta que la Fiscalía los ubicó.Cinco jóvenes se metieron en una falsa historia de traficantes en ascenso y terminaron capturados, imputados y enviados a la cárcel.

Esta fiscal habría inducido a un error a la jueza”, fue la confesión que hizo la fiscal 105 especializada de la Dirección Especializada contra la Corrupción, cuando reconoció que engañó a una jueza para pedir la orden de captura contra Víctor Forero y Juan Camilo López, los exinvestigadores del caso Nicolás Petro. El asunto, en estricto derecho, no es una simple equivocación.