La creciente ola de inseguridad en Colombia está desbordada, dejando en evidencia a la población, que se encuentra en un constante estado de alerta frente a escenarios impredecibles y peligrosos. A diario, se registran hechos de violencia, hurtos y actos vandálicos en lugares que deberían ser seguros, lo que muestra una preocupante ausencia de control institucional.