Con el aumento de las tecnologías basadas en Inteligencia Artificial (IA), se han generado nuevas preocupaciones sobre cómo estas herramientas pueden ser utilizadas para manipular imágenes, videos y audios con fines fraudulentos. En particular, los videos manipulados, conocidos como deepfakes, pueden colocar a las personas en situaciones comprometedoras, pidiendo dinero o información personal.