En la rutina diaria, el refrigerador es uno de los electrodomésticos más utilizados y esenciales en cualquier hogar. Su función principal es conservar la frescura de los alimentos, retrasar su descomposición y evitar la proliferación de bacterias. Sin embargo, en medio de esta labor constante, hay zonas del interior que suelen pasar desapercibidas para el usuario y que por su ubicación o uso, requieren más cuidado del que habitualmente se les da.