Una antigua mandíbula descubierta en el canal de Penghu, cerca del estrecho de Taiwán, ha reavivado el debate sobre los orígenes y la expansión de los denisovanos, un misterioso grupo de ancestros humanos extintos. El fósil, recuperado inicialmente durante un dragado marino y luego vendido a una tienda de antigüedades, fue adquirido por un coleccionista en 2008, quien lo donó posteriormente al Museo Nacional de Ciencias Naturales de Taiwán.Desde entonces, el fragmento ha sido objeto de especulación científica.