El presidente Bashar al Asad gobernó Siria con mano de hierro durante 24 años y reprimió con violencia una revuelta prodemocrática en 2011, que se transformó en una de las guerras más sangrientas del siglo. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), un organismo de monitoreo de la guerra con sede en Reino Unido, indicó el domingo que el mandatario había huido del país, tras la entrada de los rebeldes a Damasco, la capital.Su huida no solo significa el fin de su poder, sino el de toda su familia.