Las demoledoras declaraciones, a una fiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia, de María Alejandra Benavides, exasesora del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, con relación al escándalo de corrupción que representó el saqueo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), han puesto de nuevo en el ojo del huracán a miembros del Gobierno, y en particular a dos de sus más importantes alfiles.Tanto el ministro Bonilla, como el entonces ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, resultaron salpicados con las afirmaciones de Benavides, al igual que el enlace