Siria vive una pesadilla. Se estima que cerca de 340 civiles de la minoría alauita murieron desde el jueves en el noroeste del país a manos de las fuerzas de seguridad, enfrascadas en combates contra elementos leales al depuesto presidente Bashar al Asad, afirmó este sábado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Hay más muertos, incluyendo 93 miembros de las nuevas fuerzas de seguridad y 120 combatientes pro-Asad.