Martha Uribe Jaramillo

Como parte de su plan de descarbonización y en línea con los objetivos ambientales globales, Colombia avanza en una transición que le permita sustituir el uso de hidrocarburos para las necesidades energéticas, con fuentes más sostenibles y amigables con el medioambiente. Además de programas de energía solar, eólica o hidráulica, se han adelantado proyectos con gases renovables, como el biogás o el biometano, los cuales se pueden destinar a aplicaciones eléctricas, térmicas o como carburante.

Comienzo este artículo con una indispensable aclaración. Recibí una amable invitación de Semana para escribir un artículo sobre los “desafíos políticos y el impacto de las reformas que están marcando la agenda nacional” que haría parte de la edición sobre “Perspectivas 2025″.

La ciudad de Songdo, en Corea del Sur, es un referente mundial en el desarrollo de barrios inteligentes. Diseñada desde sus cimientos con tecnologías de punta, esta ciudad optimiza la prestación de servicios públicos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Un sistema avanzado de gestión del agua permite que una buena parte del recurso utilizado provenga del reciclaje, mientras que la recolección de residuos se realiza a través de un sistema neumático subterráneo, eliminando la necesidad de camiones de basura y reduciendo la contaminación.

Imaginar un mundo sin celulares, mensajes, redes sociales o GPS para evadir los trancones hoy es imposible. En Colombia ya hay más celulares que habitantes: más de 87,37 millones de líneas activas en un país con 52 millones de personas. Sin embargo, detrás de esta hiperconectividad se esconde una paradoja: mientras el uso de la tecnología se dispara, el sector TIC enfrenta una crisis de ingresos y rentabilidad que amenaza con frenar su crecimiento.En la última década, la facturación del sector cayó drásticamente.

Luz Murgas. Presidenta de Naturgas“El problema de fondo es que no hay suficiente gas local en firme para cubrir las necesidades de contratación para atender la demanda de hogares, comercio, vehículos e industrias. En esa medida, con el ánimo de evitar un racionamiento y una interrupción en el servicio público de gas, se sumaron fuentes de gas importado a las fuentes locales y con ello, por supuesto, se ha generado un impacto en las tarifas, porque el gas importado es más costoso que el gas colombiano.

El uso irracional del agua, la contaminación de las fuentes hídricas y los efectos del cambio climático tienen al país frente a una gran disyuntiva: hay suficiente riqueza hídrica, pero el acceso equitativo al recurso es limitado y el riesgo de perderlo aumenta. En Bogotá y Cali se registran sequías desde hace más de un año, lo que ha llevado a implementar medidas de racionamiento y control en el consumo hídrico.

Colombia es uno de los pocos países de la región en donde no ha habido apagones en los últimos años, gracias a la confiabilidad y eficiencia de un sistema robusto, basado, principalmente, en hidroeléctricas, que además avanza de manera importante en la incorporación de fuentes no convencionales.Sin embargo, el crecimiento de la demanda, el fenómeno de El Niño y la incertidumbre política han generado alertas para el sector.

¿Cómo está hoy Colombia en tarifas y calidad de los servicios públicos?CAMILO SÁNCHEZ: Nos hemos convertido en un referente internacional en cobertura, calidad y continuidad de servicios como energía, agua potable, saneamiento básico y TIC, con avances significativos desde 1991. Es fundamental seguir construyendo sobre lo logrado, sin retrocesos ni improvisaciones, garantizando seguridad jurídica para mantener la inversión y evitar que el capital migre a países con mayor estabilidad, como Brasil, Chile o Argentina.