Un mazazo a la verdad, a la justicia premial y a la posibilidad de desenredar la madeja de corrupción que se tomó la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). En eso se traduce la decisión del juez que negó el preacuerdo al que habían llegado la Fiscalía y el testigo estrella de este caso, Olmedo López, exdirector de la entidad.