El exministro de Comercio y de Hacienda, José Manuel Restrepo, se refirió en La FM de RCN Radio al proyecto de presupuesto radicado junto con una nueva reforma tributaria, que busca recaudar 26 billones de pesos para cubrir el déficit del Presupuesto General de la Nación.
Durante su intervención, Restrepo expresó preocupación por el nivel de desfinanciación y el crecimiento del gasto proyectado. “Es un presupuesto que está desfinanciado en 26 billones de pesos y eso significa que va a depender del Congreso de la República la posibilidad de que el presupuesto sea real, sino sería más o menos como una casita en el aire”, señaló.
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El exministro también advirtió sobre el crecimiento acumulado del presupuesto en los últimos años. “Ha crecido 110 billones de pesos si se compara contra 2022, y la mayoría de ese crecimiento, el 90 %, ha sido en funcionamiento y en gastos de personal”.
Otro aspecto que destacó fue la ausencia de una regla fiscal operativa. “No hay regla fiscal realmente, se activó la cláusula de escape”, explicó. Según Restrepo, esto permite un déficit fiscal creciente y una deuda pública en aumento, lo que transforma el escenario fiscal.
Ante la dificultad para aprobar la reforma tributaria, el exministro advirtió: “El riesgo que yo veo es que esta reforma no va a pasar en el Congreso. Entonces, ¿los 26 billones de dónde van a salir? Seguramente de menor inversión”.
En su opinión, al no poder reducir el gasto de funcionamiento, los ajustes podrían recaer en sectores clave. “El paganini de esta discusión será la inversión social y la inversión productiva”, indicó. Agregó que el presupuesto proyectado es limitado en rubros estratégicos. “Es muy pobre en ciencia y tecnología, en deporte, en cultura. ¿Puede usted creer que cae el presupuesto del sector agropecuario?”, cuestionó.
Por su parte, Fernando Quijano, también presente en la conversación, precisó que el presupuesto total asciende a 556,9 billones de pesos, de los cuales 301 billones provendrían de ingresos tributarios y 1,4 billones de ingresos no tributarios, lo que deja una brecha de 26,3 billones por cubrir con la reforma.
Quijano destacó un aumento significativo en el gasto de funcionamiento: “Se venía gastando 329 billones y ahora se van a gastar 365”. En gastos de personal, el monto pasará de 61 a 67 billones, y en la adquisición de bienes y servicios, de 17 a 18,275 billones.
Una de las variaciones más notorias está en el servicio de la deuda, que disminuye de 212 a 102 billones, y en los intereses, que bajan de 59 a 27 billones.
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El analista subrayó que esta sería “la reforma tributaria más ambiciosa en al menos ocho años”, y recordó que la del año 2022, presentada por José Antonio Ocampo, alcanzó un recaudo de 20 billones. En contraste, la actual busca 26 billones y, según dijo, “no hay ambiente político”.
Quijano concluyó: “No sabemos con qué liderazgo se va a radicar y no sabemos a quiénes les van a subir los impuestos”.