Una nueva fuga sacude al sistema penitenciario colombiano. El sábado 26 de abril, guardias del Inpec, durante una revisión rutinaria en el pabellón 26 de la cárcel La Picota en Bogotá, descubrieron que un interno había logrado evadirse. Se trataba de Rodolfo Alexander Lizcano, un delincuente con amplio prontuario criminal.
La alarma se encendió cuando se encontró vacía la celda número 2 del octavo piso. De inmediato, se desplegaron operativos dentro del centro penitenciario para intentar localizarlo, sin éxito.
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Según versiones preliminares, Lizcano, de 37 años y oriundo de Ortega (Tolima), habría escapado saltando por una ventana. Posteriormente, descendió utilizando una tubería de aguas negras hasta alcanzar el primer piso de la estructura 3, y desde allí, logró salir arrastrándose por las alcantarillas que conducen a una vía pública en las afueras de La Picota.
Tras confirmarse su fuga, el Inpec notificó a la Policía Metropolitana de Bogotá, que actualmente mantiene operativos activos para su recaptura.
Lizcano cumplía una condena de casi 20 años impuesta en 2014 por fabricación, tráfico y porte ilegal de armas de fuego, además de hurto calificado, según registros del Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Ibagué. Sin embargo, su historial delictivo es más extenso: ya había protagonizado fugas anteriores en 2015, escapando del centro penitenciario Alfonso Reyes Echandía en Chaparral y de la cárcel de Coiba, ambas en el departamento del Tolima, lo que le sumó dos años más de condena.
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Su prontuario se remonta incluso a 2007, cuando fue sentenciado a tres años de prisión por hurto calificado.
Ante esta nueva fuga, las autoridades mantienen la alerta en Bogotá y piden a la ciudadanía que reporte cualquier información que pueda contribuir a la pronta recaptura de este delincuente.