Aunque cada vez hay más conciencia sobre lo importante de comer bien, muchas personas en Colombia se sienten frustradas: hacen esfuerzos por alimentarse “saludablemente” con frutas, verduras, comidas caseras, pero los resultados no llegan. Expertos y estadísticas muestran una serie de errores frecuentes, estructurales y de costumbre, que sabotean esos buenos deseos. Conocerlos y procurar no repetirlos, pueden ser la solución para lograr bajar de peso.Errores que no le dejan bajar de pesoDefinición ideal de “comer saludable” vs. práctica realEl primer problema está en lo que muchas personas entienden por alimentación saludable. Tener una idea vaga de comer menos sin concretar cantidades, frecuencias y calidad puede llevar a cometer errores que parecen mínimos, pero suman.Entre consejos virales, etiquetas confusas y promesas sin fundamento, es frecuente que se adopten conductas erróneas que pueden comprometer el equilibrio nutricional. Como explica Mayo Clinic, “existe una oleada de inexactitudes” en torno a la nutrición, lo que dificulta distinguir entre lo útil y lo engañoso a la hora de tomar decisiones alimentarias.Alta ingesta de alimentos ultraprocesados y snacks de paqueteSegún la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) del DANE, casi el 50 % de los colombianos consumió alimentos de paquete en el 2022. Estudios como el de São Public Health han estimado que en los estratos más altos de consumo, los ultraprocesados pueden aportar más del 40 % de las calorías. Este tipo de alimentos son ricos en azúcar añadido, grasas saturadas/trans, sodio, y bajas en fibra o nutrientes esenciales, lo que retrasa la sensación de saciedad, promueve acumulación de grasa y empeora los marcadores de salud.Subestimar las porcionesAunque los alimentos sean sanos, consumir porciones demasiado grandes sigue generando exceso calórico. Muchas veces se cree que un plato de ensalada, fruta, o carne magra no tiene calorías, pero si la porción excede lo necesario, se interrumpe la definición entre mantenimiento, ganancia o pérdida (peso corporal, grasa corporal).Falta de variedad nutricionalComer repetidamente las mismas frutas, verduras o proteínas puede causar que falten ciertos micronutrientes (vitaminas, minerales) o que la dieta esté desequilibrada. También puede afectar la microbiota intestinal, lo que influye en la digestión, inflamación y metabolismo.Azúcar y edulcorantes: no siempre lo que pareceCambiar azúcar blanca por miel, azúcar de coco, o jarabes “naturales” puede sentirse como mejora, pero nutricionalmente, muchas formas impactan sobre la glucosa y las calorías. Además, muchas bebidas procesadas tienen azúcares ocultos.La Organización Mundial de la Salud (OMS)también advierte que el consumo excesivo de azúcar “aumenta el riesgo de sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas”.Las grasas no son el enemigoDurante años, las dietas bajas o sin grasa fueron consideradas la clave para una vida saludable. Sin embargo, esta idea ha sido superada por la evidencia científica. Según la Clínica Mayo, las grasas cumplen funciones esenciales en el cuerpo: protegen los órganos, forman parte de las membranas celulares, favorecen el desarrollo y permiten absorber vitaminas liposolubles como A, D, E y K. El problema no es consumir grasa, sino elegir mal.El mito de comer de nocheExiste la creencia de que comer después de las 7 p.m. causa aumento de peso, pero la ciencia dice otra cosa. Según la Clínica Mayo, el problema no es la hora, sino por qué comemos a esa hora: aburrimiento, ansiedad o simplemente por hábito, suelen ser los verdaderos detonantes del picoteo nocturno.Comer bien no es solo elegir alimentos “saludables”, sino entender cómo, cuánto y por qué se consumen.Recuerde que lo ideal es llevar una dieta asesorada por un nutricionista, quien entenderá mejor lo que cada organismo necesita.
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