La historia de la paciente que recuperó la movilidad en su rodilla gracias a un robot en Santander: ‘Dejé el caminador a los ocho días’

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La historia de la paciente que recuperó la movilidad en su rodilla gracias a un robot en Santander: ‘Dejé el caminador a los ocho días’

Sara María Malaver Rodríguez

19 de septiembre 2025 , 05:33 p. m.

19 de septiembre 2025 , 05:33 p. m.

La historia de la paciente que recuperó la movilidad en su rodilla gracias a un robot en Santander: ‘Dejé el caminador a los ocho días’

En Colombia está creciendo el uso de tecnología robótica para operar a pacientes con problemas en articulaciones y otras especialidades.

Sara María Malaver Rodríguez

Irma Tirado, de 73 años, padecía gonartrosis primaria bilateral, es decir, un desgaste crónico y progresivo del cartílago en ambas rodillas que le dificultaba caminar y afectaba su vida diaria. Además, era una paciente anticoagulada y con antecedente de cirugía de corazón abierto, lo que hacía más riesgosa cualquier intervención.

El procedimiento, cuenta Irma, no fue muy extenso: se realizó con anestesia parcial, lo que le permitió estar consciente durante la cirugía. Antes de ello, el equipo médico la valoró y le explicó que, por el estado de su rodilla, la mejor alternativa era llevarla a cirugía robótica, un tratamiento pensado principalmente para pacientes mayores de 50 años que no presentan un deterioro articular extremo y para quienes los tratamientos tradicionales ya no funcionan.

“No sangré nada y la cicatriz es apenas una rayita”, recuerda la paciente, cuya operación se realizó en mayo de este año. “Confié porque sabía que estaba en manos del doctor, del robot y de Dios”.

Equipo quirúrgico del HIC, en Piedecuesta, Santander.
Cortesía HIC

Su testimonio, al igual que el de otros pacientes en el país atendidos con tecnología de punta, refleja las expectativas que generan estos avances. Sin embargo, abre el debate sobre el avance de la automatización médica en un país donde la mayoría de estos equipos aún se concentra en Bogotá.

Expertos coinciden en que esta tecnología permite planificar la cirugía a partir de imágenes previas, definir con exactitud el tamaño y la orientación de la prótesis, y garantizar cortes precisos que reducen las complicaciones. Aunque esta alternativa ya empieza a materializarse en algunos hospitales, su presencia en Colombia se remonta a más de una década.

Irma fue operada con el brazo robótico Mako, incorporado al HIC en 2023 como el primero en Santander especializado en ortopedia. En la intervención, realizada hace cuatro meses, esta tecnología se utilizó para reemplazar la parte dañada de la articulación de Irma, preservando los ligamentos y el tejido sano.

Esta técnica unicompartimental preserva los ligamentos cruzados y tejidos sanos de la rodilla.
Cortesía HIC

El robot Mako permite planificar la cirugía con tomografía previa, definir con precisión el tamaño y la orientación de la prótesis y garantizar cortes óseos exactos.

El ortopedista Elio Rueda, quien dirigió esta la cirugía, explicó que esa precisión es clave para evitar fracasos que antes eran más frecuentes con técnicas convencionales. “En este momento no quiero volver a operar de forma convencional, porque sería como decirle a alguien que voy a usar un método menos avanzado sabiendo que hay algo superior” señaló Rueda.

En el caso de Irma, esta precisión se tradujo en una recuperación casi inmediata. “A los ocho días yo ya estaba caminando sin caminador, ya empecé a caminar bien, incluso tuve cita en el hospital y allá me pusieron a caminar sola”, agrega la paciente.

A los ocho días yo ya estaba caminando sin caminador, ya empecé a caminar bien, incluso tuve cita en el hospital y allá me pusieron a caminar sola”

Colombia inició su exploración en cirugía asistida por robots en 2010, cuando la Clínica de Marly incorporó el sistema Da Vinci. Durante más de diez años, esta tecnología permaneció concentrada en Bogotá, donde hasta hace poco funcionaban los únicos ocho robots quirúrgicos del país, según un análisis publicado en Revista Ciencias Básicas en Salud.

Elio Rueda, ortopedista especializado en reemplazos articulares, lideró la cirugía.
Cortesía HIC

En Bogotá, la Clínica del Country se ha consolidado como referencia en cirugía robótica al utilizar el sistema Da Vinci Xi, descrito como uno de los robots más avanzados disponibles. Esta institución se ha especializado en aplicaciones urológicas, ginecológicas y de coloproctología, destacando entre sus avances una mayor precisión quirúrgica y tiempos de recuperación reducidos en comparación con técnicas tradicionales.

Gracias a ello, hasta junio de 2023 se habían realizado más de 4.000 procedimientos, la mayoría en urología, seguidos por ginecología.

En conversación con EL TIEMPO, Germán Gómez Santos, jefe de cirugía de alta complejidad de la institución, comenta que esta tecnología ha demostrado ventajas frente a la cirugía tradicional.

“Los pacientes tienen recuperaciones más rápidas, menor dolor postoperatorio y menos complicaciones; en urología, por ejemplo, hay menor riesgo de incontinencia o impotencia después de cirugías de próstata”, agrega el médico.

El robot Da Vinci Xi, usado en la Clínica del Country para cirugías de alta precisión.
Cortesía Clínica del Country

Los pacientes tienen recuperaciones más rápidas, menor dolor postoperatorio y menos complicaciones; en urología, por ejemplo, hay menor riesgo de incontinencia o impotencia después de cirugías de próstata”,

Además, resalta que la precisión milimétrica del Da Vinci Xi se traduce en menor trauma quirúrgico y mejor preservación de tejidos. Sin embargo, Gómez advierte que la robótica no sustituye todas las técnicas. “No todos los procedimientos se benefician del robot, hay cirugías que con métodos convencionales siguen siendo igual de efectivas”.

Retos en el país

La automatización ya está presente en la práctica diaria. Casos en los que el médico interactúa con el paciente mientras un sistema inteligente registra y organiza la información clínica, permitiendo así, apoyar diagnósticos y sugerir tratamientos en tiempo real.

Sin embargo, advierte Víctor Castillo, presidente de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), el desarrollo es desigual: “Habrá un grupo de hospitales pioneros al nivel de los mejores del mundo, pero la mayoría seguirá muy atrás si no se cierran las brechas”.

El costo es una de las principales dificultades. El uso de una consola robótica puede oscilar entre $7,8 millones a $23 millones de pesos (2.000 a 6.000 dólares). A esto hay que sumarle lo que debe cubrir el especialista para certificarse en esta práctica. Por otro lado, la centralización en las grandes ciudades limita el acceso para la mayoría de los pacientes.

Habrá un grupo de hospitales pioneros al nivel de los mejores del mundo, pero la mayoría seguirá muy atrás si no se cierran las brechas".

Según Rueda, la inestabilidad del sistema de salud y la falta de incentivos, frenan la expansión de estas tecnologías: “Es una inversión, tiene un costo, pero debe ser rentable. En este momento, muchos hospitales lo quieren comprar, pero está como la incertidumbre”.

¿Hacia dónde vamos?

Pese a los obstáculos, los especialistas coinciden en que la cirugía robótica y la automatización marcarán un antes y un después en la medicina colombiana.

En la Clínica del Country, Germán Gómez observa un campo cada vez más amplio con aplicaciones que van desde la coloproctología hasta la cirugía de cabeza y cuello.

En el HIC, Rueda insiste en que la precisión y la recuperación rápida que ofrecen estos sistemas hacen difícil pensar en volver a la cirugía convencional; por su parte, el presidente de la FCV advierte que el verdadero desafío será cerrar la brecha tecnológica entre los centros médicos pioneros y el resto del sistema.

SARA MALAVER

ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO

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