Marcela Sarmiento, primera presentadora de ‘Día a día’, regresó tras 20 años; recordó dolorosa pérdida: “Nada volvió a ser igual”

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Marcela Sarmiento se convirtió en la primera presentadora de Día a día, formato matutino que sigue moviendo fibras en miles de personas todas las mañanas. Su llegada a este proyecto se dio en 2001, cuando abrió camino en un programa que aún permanece vigente en la memoria del público colombiano.Pese a que estuvo varios años en este espacio, su salida se dio en 2005, a raíz de un suceso que la impactó profundamente. La presentadora se alejó de la televisión, atravesando uno de los momentos más duros de su vida, que la marcó hasta hoy.Sin embargo, tras 20 años de ese hecho, Marcela Sarmiento regresó a Día a día y se reencontró con el lugar que la vio crecer profesionalmente. Su llegada al set estuvo rodeada de emociones y le permitió recordar la huella que dejó.En la conversación, tras hablar de Jota Mario Valencia, Marcela Sarmiento habló sobre los motivos detrás de su salida del formato, enfocándose en un suceso que sigue siendo doloroso. La famosa perdió a su hijo Miguel Nieto en el parto, una tristeza con la que aún carga. View this post on Instagram A post shared by Día a Día Caracol (@diaadiacaracoltv)Indicó que el embarazo le causaba muchas emociones, sin imaginar lo que ocurriría aquel día.“El cordón umbilical era muy largo y, el día del parto, se formó un nudo que no se pudo detectar. No fue culpa de nadie, pero Miguel no nació con vida”, comentó.Este suceso marcó un antes y un después en su vida y en su familia. Las cosas nunca volvieron a ser iguales, transformando la manera en la que veía la realidad.“Durante el embarazo yo repetía: ‘Miguel, cámbiame la vida’, y lo hizo. Desde ese momento nada volvió a ser igual. Uno no regresa a ser la misma persona después de perder un hijo; cambia la perspectiva sobre la muerte, el presente y el sentido de la existencia”, aseguró, mientras se quebraba por este hecho.Sarmiento estuvo en el programa matutino hasta el 6 de junio de 2005, marchándose a Estados Unidos con su esposo, Alejandro, y su hija, Paulina. Allí empezaron de cero en un entorno distinto, pues ella no se sentía preparada para volver a enfrentar al público en medio de su duelo.“Estaba cansada física y emocionalmente y no podía volver. No me sentía preparada para enfrentar las cámaras”, afirmó.Lo emotiva que se vio ante cámaras demostró los sentimientos que le había dejado esta experiencia, pues fue donde construyó parte de su pasado en los medios.

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