La lavadora es uno de los electrodomésticos más utilizados en el hogar y, al mismo tiempo, uno de los que más desgaste sufre debido a su uso frecuente. Pese a su relevancia en la vida cotidiana, muchas personas suelen olvidar que este aparato requiere mantenimiento para funcionar de manera eficiente.Al igual que ocurre con los celulares y computadores, los electrodomésticos también requieren un cuidado preventivo que garantice su eficiencia. En el caso de la lavadora, el mantenimiento periódico resulta clave, pues este aparato acumula residuos de forma constante y, sin la atención adecuada, puede perder eficacia en poco tiempo. Por ello, es importante que las personas adopten rutinas simples de limpieza para evitar que el equipo consuma más energía de la necesaria y prolonga su vida útil. Incluso, algunos expertos dejan en evidencia la importancia de vigilar los puntos más sensibles de la máquina. Un filtro obstruido o las gomas deterioradas no solo provocan malos olores, sino que también afectan el ciclo de lavado e incluso la correcta eliminación del agua. La Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU) señaló que el filtro es la pieza que más cuidado requiere, ya que allí se concentran restos de pelusa, cabellos y pequeños objetos que, si no se retiran a tiempo, terminan causando bloqueos y averías costosas.¿Cómo limpiar el filtro de la lavadora?Conservar el filtro libre de residuos es fundamental para que la lavadora mantenga su eficiencia y no someta al motor a un desgaste innecesario. Según la OCU, este mantenimiento debe realizarse al menos un par de veces al año, aunque en hogares con un uso intensivo conviene hacerlo con mayor frecuencia. Esta práctica sencilla previene fallos en el drenaje y asegura que cada ciclo de lavado se complete adecuadamente.El procedimiento no requiere conocimientos técnicos avanzados: basta con desconectar la máquina, disponer de un recipiente o paños para recoger el agua acumulada y extraer el filtro ubicado en la parte inferior frontal. Una limpieza con agua fría, un estropajo y, en caso de suciedad persistente, un cepillo de dientes, resulta suficiente para eliminar restos de detergente y pelusa. Antes de colocarlo de nuevo, recomiendan secar bien la pieza y aprovechar para revisarla siempre que se lave ropa muy manchada, se sospeche de un objeto perdido o queden residuos tras el ciclo de lavado.La falta de limpieza en el filtro está relacionada con la aparición de malos olores. El agua estancada y los residuos de detergente forman un ambiente propicio para la proliferación de bacterias y moho. Esto no solo resulta desagradable al abrir la puerta de la lavadora, sino que también puede impregnar la ropa con olores poco frescos.
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