Mientras la pandemia paralizaba proyectos en todo el país, un grupo de agricultores cordobeses decidió pensar en grande. Fue entonces cuando nació la Extractora El Gran Sinú, una empresa que hoy se levanta como la primera zona franca agroindustrial en Córdoba, además de una gran apuesta de futuro para la palma de aceite en el departamento. “Llegamos a Córdoba por invitación de agricultores de la zona que ya cultivaban palma y buscaban desarrollar un proyecto agroindustrial con visión exportadora”, recordó David de la Rosa, gerente de la compañía. La empresa es el resultado de una alianza entre el Grupo Daabon, originario de Santa Marta, y productores locales que se hicieron socios. Con una inversión privada cercana a los 37.000 millones de pesos, la extractora inició operaciones con 4.000 hectáreas vinculadas y una capacidad instalada de 15 toneladas por hora, ampliable hasta 45. Córdoba, que ya cuenta con 8.000 hectáreas sembradas y participa con el 1,3 por ciento del área nacional, encontró en este proyecto un impulso para consolidar su tejido palmero.La misión de la empresa se sostiene sobre los pilares de la sostenibilidad, el cuidado ambiental y la visión exportadora. La compañía ha generado hasta ahora unos 80 empleos directos y espera alcanzar los 120 en plena operación. Su compromiso social también se ha traducido en programas de formación como las capacitaciones en manejo de equipos industriales desarrollado en alianza con la Alcaldía de Lorica y el Sena. “El 80 por ciento de nuestros trabajadores son de la zona. Queremos que la gente de Córdoba sea protagonista de este desarrollo”, enfatizó De la Rosa. El logro de convertirse en la primera zona franca agroindustrial de Córdoba marca un antes y un después. Los beneficios económicos y logísticos son evidentes: cero aranceles para los equipos importados, exención de IVA en insumos nacionales, una tasa de renta del 20 por ciento frente al 35 por ciento tradicional y la obligación de exportar al menos el 60 por ciento de la producción. “La figura nos permitió ahorrar cerca de un 15 por ciento en la inversión inicial y nos alinea con nuestra visión de proyectar a Córdoba hacia los mercados internacionales”, explicó De la Rosa.Desde los primeros cultivos, la relevancia de la palma de aceite en la economía departamental ha crecido y, con El Gran Sinú, Córdoba busca dar un salto hacia la innovación. La generación de energía a partir de biomasa y biogás, la diferenciación de aceites y la reducción de emisiones contaminantes hacen parte del nuevo modelo. “Venimos a aportar a un tejido palmero que ya existía, pero con nuevas tecnologías y visión exportadora”, concluyó De la Rosa.La empresa proyecta sumar 5.000 nuevas hectáreas de palma certificada y sostenible para responder a las exigencias del mercado internacional, además de una planta de biogás y otra de aceite de palmiste. Hoy, Extractora El Gran Sinú no solo simboliza un proyecto empresarial: es una alianza entre empresarios y agricultores que creen en Córdoba, impulsan el desarrollo de la palma y potencian una economía más innovadora. *Contenido elaborado con el apoyo de La Extractora El Gran Sinú.
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