¿Cómo estaba antes la EPS Sanitas y cómo quedó tras la intervención de la Supersalud? Los datos muestran que la situación empeoró

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¿Cómo estaba antes la EPS Sanitas y cómo quedó tras la intervención de la Supersalud? Los datos muestran que la situación empeoró

Edwin Caicedo

08 de septiembre 2025 , 05:01 p. m.

08 de septiembre 2025 , 05:01 p. m.

¿Cómo estaba antes la EPS Sanitas y cómo quedó tras la intervención de la Supersalud? Los datos muestran que la situación empeoró

El Gobierno tomó la EPS para corregir su déficit, pero 17 meses después los indicadores financieros y de servicio muestran un deterioro mayor.

Edwin Caicedo

La EPS Sanitas, que hasta 2023 se destacaba como una de las aseguradoras de salud con mejores niveles de satisfacción de usuarios, enfrenta hoy un panorama crítico tras diecisiete meses bajo la intervención de la Superintendencia Nacional de Salud. Aunque el Gobierno justificó la medida por problemas financieros, las cifras oficiales muestran que la situación no sólo no mejoró, sino que se agravó de manera drástica.

La intervención, iniciada el 2 de abril de 2024, se sustentó en el incumplimiento de indicadores financieros y de solvencia. Esa fue la razón que llevó al Ejecutivo a tomar el control administrativo de la EPS con la promesa de estabilizarla. Sin embargo, tanto en los resultados financieros como en los de atención a usuarios, el deterioro es evidente.

La EPS Sanitas cuenta hoy con más de 5,8 millones de afiliados.
Getty Images

El antes: señales de alerta financiera, pero mejor servicio

Previo a la intervención, Sanitas registraba dificultades en el cumplimiento de los requisitos de patrimonio y solvencia, aunque se mantenía como una de las EPS con menores tasas de quejas frente al resto del régimen contributivo. Esa mezcla —problemas financieros con un buen desempeño en la satisfacción de usuarios— fue lo que llevó al Gobierno a ordenar la medida de intervención administrativa.

Sin embargo, los balances de la Supersalud revelan que durante los 17 meses de intervención las finanzas de la EPS se desplomaron. El patrimonio pasó de 21.000 millones de pesos a -1,7 billones, mientras que los pasivos crecieron de 1,6 billones a 3,9 billones de pesos.

A esto se sumó una caída en el calce de reservas técnicas, que pasó de 32 % a 14 %, lo que refleja un mayor desbalance entre los recursos disponibles y las obligaciones con los afiliados. La siniestralidad —indicador que mide cuánto gasta la EPS en atenciones frente a lo que recibe— también se deterioró, al pasar de 102 % a 111 %. Es decir la EPS pasó de gastar antes de la intervención $ 102 pesos por cada $ 100 recibidos, a gastar $ 111.

Desde la empresa insisten en que aún no se conoce la magnitud del daño.
César Melgarejo/ El Tiempo

La evolución de las quejas refleja con claridad el deterioro y su impacto en los usuarios. Entre enero y abril de 2024, antes de la intervención, Sanitas recibió 63.936 reclamaciones (PQRD), con un promedio mensual de entre 14.000 y 18.000 casos. Con un universo de 5,7 millones de afiliados, la tasa acumulada en esos cuatro meses fue de 110,41 quejas por cada 10.000 usuarios, por debajo del promedio del régimen contributivo, que registró 116,46.

Un año después, bajo la intervención, la tendencia cambió drásticamente. De enero a abril de 2025 Sanitas acumuló más de 84.000 reclamaciones, con picos de hasta 22.206 en marzo. La tasa de quejas se disparó a 145,88 por cada 10.000 afiliados, un salto de más de 35 puntos frente al año anterior. Aunque todavía se ubicó por debajo del promedio del régimen (167,26), la diferencia frente a sus propios registros evidencia un deterioro inédito en su servicio.

Un daño aún por dimensionar

Desde Sanitas insisten en que, más allá de las cifras de quejas, todavía no se conoce con exactitud la magnitud del daño. “El impacto en la red de atención, los equipos profesionales y la confianza de los usuarios va mucho más allá de los números. Lo más grave aún está por dimensionarse”, han advertido voceros de la compañía.

Desde Sanitas han sido enfáticos en advertir que todavía no se conoce con exactitud la magnitud del daño. El presidente de Keralty, Joseba Grajales, afirmó que “el daño causado por la intervención ilegal y por la actuación irresponsable del Gobierno es devastador. Reparar este desastre tomará tiempo y esfuerzo titánico”.

Joseba Grajales, presidente del Grupo Keralty y el abogado Juan David Riveros; y el presidente Petro
EL TIEMPO/ Archivo Particular

La compañía insiste en que el impacto no se limita a los balances financieros, sino que afectó la red de atención, la disponibilidad de medicamentos y la confianza de millones de usuarios.

El caso de Sanitas revela una paradoja: la intervención se justificó con el argumento de corregir problemas financieros, pero terminó profundizando tanto el déficit patrimonial como la insatisfacción de los usuarios. La medida, que buscaba estabilidad, derivó en mayor fragilidad.

EDWIN CAICEDO

Periodista de Medioambiente y Salud

@CaicedoUcros

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