Más de 1.000 menores han sido diagnosticados con consumo abusivo de sustancias como cocaína y bazuco en Bogotá

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Más de 1.000 menores han sido diagnosticados con consumo abusivo de sustancias como cocaína y bazuco en Bogotá

Tatiana Moreno Quintero

08 de mayo 2025 , 04:00 a. m.

08 de mayo 2025 , 04:00 a. m.

Más de 1.000 menores han sido diagnosticados con consumo abusivo de sustancias como cocaína y bazuco en Bogotá

Más de 6.000 menores consumen drogas dentro de colegios en Bogotá y el 23,98 por ciento tiene un uso abusivo

Las localidades más afectadas son Bosa, Kennedy, Suba, Engativá y Ciudad Bolívar.

Tatiana Moreno Quintero

En Bogotá, 6.098 menores de 18 años consumen sustancias psicoactivas dentro de los colegios, como marihuana, cocaína, alcohol, éxtasis y bazuco. De ellos, el 23,98 % tiene un uso abusivo de estas sustancias, lo que significa que un total de 1.462 niños, niñas y jóvenes presentan un consumo problemático entre 2020 y 2024. Así lo informó el concejal Julián Uscátegui, gracias a un derecho de petición que gestionó con la Secretaría Distrital de Salud.

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De acuerdo con el concejal, los casos de abuso de sustancias en menores de 18 años han aumentado con los años. En 2020, la Secretaría de Salud reportó un total de 527 casos; en 2021, 717; en 2022, 1.058; en 2023, 814, y en 2024, 1.462.

La mayoría de los menores de edad en Bogotá empiezan a consumir sustancias desde la adolescencia. Por ejemplo, el alcohol tiene un promedio de inicio a los 16 años en hombres y a los 18 en mujeres.

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En cuanto a sustancias ilícitas —que incluyen el ‘dick’ (un líquido utilizado para limpiar computadores y fabricar pesticidas y aerosoles), popper, marihuana, cocaína, bazuco, heroína, metanfetaminas y metadona—, el promedio de inicio es de 19 años en hombres y 22 en mujeres.

Pero lo que más preocupa al concejal es el caso de los niños. Un dato alarmante es que, entre 2020 y 2024, más de 7.300 adolescentes fueron canalizados por la Secretaría de Salud a servicios por presunto consumo de sustancias psicoactivas.

En ese mismo sentido, la información suministrada por la entidad muestra que, en lo corrido de 2025, un total de 249 menores de edad han sido remitidos. Entre ellos, seis niños, con edades entre los seis y los once años, fueron enviados por las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios en Salud para recibir tratamiento con el fin de solucionar este problema.

¿Dónde ocurre esta problemática? De acuerdo con la información facilitada por la Secretaría de Salud al concejal, y conocida por este diario, el consumo se concentra especialmente en las localidades de Bosa (742 casos), Ciudad Bolívar (603), Kennedy (730), Suba (713) y Engativá (475 casos).

Esta realidad requiere una respuesta urgente del Distrito. No podemos seguir permitiendo que nuestras niñas, niños y adolescentes caigan en las redes del consumo sin una política preventiva clara, intervención oportuna y fortalecimiento del tejido social en los entornos más vulnerables

Las causas

Los aplausos existen en distintos entornos y culturas.
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Los factores de riesgo que contribuyen al consumo de sustancias psicoactivas en menores de edad, según lo expuesto en el derecho de petición remitido por la Secretaría, se agrupan en tres ámbitos principales:

1. El entorno familiar. Según el documento, la falta de supervisión sobre niñas, niños y jóvenes, los conflictos dentro del hogar y la historia familiar de consumo son los principales detonantes.

2. El entorno escolar. Se señalan causas como el abandono escolar, el bajo desempeño académico y la escasa vinculación de los estudiantes con sus instituciones educativas.

3. El entorno social. Los menores están expuestos a contextos donde hay fácil acceso a sustancias y una baja percepción del riesgo que estas implican, lo cual agrava el problema.

A pesar de que existen programas por parte del Distrito y de las autoridades competentes para prevenir que los menores usen drogas —y también para garantizar el restablecimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes con consumo de sustancias, buscando su reintegro y mantenimiento en la vida social y familiar—, las cifras siguen siendo preocupantes. Por ello, desde el Concejo de Bogotá se hizo un llamado a reforzar los mecanismos existentes.

TATIANA MORENO QUINTERO

REDACCIÓN BOGOTÁ

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