El secuestro fue perpetrado por un comando armado que irrumpió en la casa familiar, supuestamente para secuestrar al padrastro de Lyan, quien se defendió con arma de fuego de los agresores.
Ante la imposibilidad de cumplir su objetivo inicial, los disidentes se llevaron al niño y a una empleada de la familia, quien fue liberada horas después.
Este crimen indignó al país y fue rechazado por marchas y velatones en diferentes zonas del Valle del Cauca. Las autoridades locales, entre estas la Gobernación y la alcaldía de Jamundí ofrecieron millonarias recompensas, hasta de $300 millones de pesos, por información que permitiera dar con su paradero.
En la primera imagen de Lyan en libertad, se le ve en aparente buen estado de salud y acompañado por dos funcionarios de la Defensoría del Pueblo.
Desde el primer momento, la Defensoría y varias entidades del Valle habían empezado a gestionar canales con las disidencias de 'Mordisco' para facilitar la liberación. Esos acercamientos produjeron finalmente resultados. En este momento se desconoce si se pagó algún rescate.
"No queremos más noticias de dolor, menos para los niños y niñas", dijo la defensora del Pueblo, Iris Marín.
El pasado martes 20 de mayo, tras casi tres semanas de silencio sobre el secuestro del menor de edad, el presidente Gustavo Petro llamó a los captores a "desobedecer a sus jefes" y entregarlo.